Entre los muertos se encuentran 76 niños en la localidad de Ryongchon.
AGENCIAS
PEKÍN, CHINA.- Al menos 154 personas, 76 de ellas niños, murieron en la explosión de un tren el jueves en la localidad norcoreana de Ryongchon, fronteriza con China, informó ayer un responsable de los trabajos de rescate a la agencia oficial china, Xinhua.
Jang Shu Gon, encargado de las tareas de salvamento, destacó que 76 de las víctimas son “estudiantes de primaria”, por lo que se cree que uno de los edificios destruidos por la explosión podría haber sido una escuela.
La noticia confirma las informaciones de la organización no gubernamental irlandesa Concern, la primera fuente en hablar de la posibilidad de más de 150 víctimas mortales, frente a las 54 que hasta entonces barajaba la Federación Internacional de la Cruz Roja.
Jang añadió que la explosión dejó dos enormes cráteres de entre ocho y diez metros de diámetro en el lugar por donde pasaban dos vagones con las peligrosas mercancías.
En el accidente más de mil 300 personas resultaron heridas, según las últimas cifras difundidas en China y ocho mil edificios próximos a la estación de Ryongchon se vieron afectados por la explosión, de los que mil 200 quedaron completamente destruidos.
La fuente norcoreana destacó que la deflagración se produjo a las 12:10 hora local del jueves, cuando en una maniobra de cambio de vías un vagón cisterna colisionó con otros dos que transportaban nitrato de amonio, sustancia altamente inflamable y utilizada como fertilizante.
Tras la colisión, el vagón cisterna derribó un poste eléctrico de la estación, originándose una chispa que al entrar en contacto con las sustancias inflamables generó la enorme explosión.
La información de la agencia de noticias china está fechada en la localidad del siniestro, lo que hace suponer que los periodistas de China, único aliado del aislado régimen norcoreano, son los únicos que tuvieron acceso a la zona y pudieron hablar con los responsables de las tareas de salvamento.
Corea del Norte mantuvo durante más de 40 horas el secretismo sobre el suceso, aunque finalmente informó sobre la tragedia, acuciada por la necesidad de pedir ayuda internacional para atender el elevado número de afectados.
Tras ello, el Gobierno de Pekín anunció ayer el envío de 1.2 millones de dólares en ayuda humanitaria en forma de alimentos, medicinas, equipos médicos y tiendas de campaña.
Además, la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Cruz Roja, UNICEF y el Gobierno de Alemania anunciaron el envío de ayuda.
Corea del Sur se mostró dispuesto a ayudas adicionales de acuerdo con las necesidades del país vecino, asistencia que será discutida ayer, cuando el presidente de la Cruz Roja surcoreana, Lee Yoon Ku, regrese de Pyongyang.
EU, gran rival de Corea del Norte debido a la crisis nuclear en la Península Coreana, también ofreció el envío de material de ayuda, aunque pidió que el Gobierno de Pyongyang aclarara antes los detalles del accidente, tras el hermetismo oficial.
En un principio se barajó la posibilidad de un atentado contra el líder norcoreano Kim Jong Il, que nueve horas antes del suceso había pasado en un tren que le traía de regreso hacia Pyongyang, tras una histórica visita a China.
Según analistas surcoreanos, el reconocimiento rápido de una catástrofe humana no es nada habitual en el régimen norcoreano, porque el país no puede enfrentarse solo a una tragedia semejante por falta de infraestructuras.
La prensa de Seúl informó ayer de que la estación quedó destruida en un radio de 160 metros tras analizar la fotografía de satélite tomada después de la explosión y se cree que el número de muertos podría ser muy elevado dada la densa concentración de viviendas en torno a ese núcleo ferroviario del transporte también con China.
La localidad de Ryongchon, en la que ocurrió la tragedia, tiene 123 mil habitantes y está situada a una veintena de kilómetros de la frontera con China
