AGENCIAS
BERLÍN, ALEMANIA.- Alemania rindió tributo a la resistencia antinazi del país en el sexagésimo aniversario de la famosa conspiración para asesinar a Adolfo Hitler.
El acto conmemorativo de los primeros sesenta años del intento de asesinato del dictador en su cuartel general de Prusia Oriental se celebró en el patio del Bendlerblock, actual sede del Ministerio de Defensa donde fueron ejecutados algunos de los conspiradores.
El canciller alemán Gerhard Schroeder dijo ayer que el país debe rendir honores no sólo al hombre, coronel Claus Graf Schenk von Stauffenberg, quien colocó la bomba en la intentona fallida, sino también a los miles de ciudadanos que resistieron a la dictadura.
En 1944, el coronel Stauffenberg colocó una bomba en un maletín entre Hitler y sus principales asesores durante una reunión.
Pero la explosión sólo hirió levemente al líder nazi y el coronel Stauffenberg y sus compañeros conspiradores fueron rápidamente detenidos y ejecutados.
Hitler tuvo una “suerte demoníaca” al salir ileso de numerosos intentos de asesinato, recordó Schroeder citando a Ian Kershaw, uno de los biógrafos del dictador de mayor renombre.
Más allá de esa “suerte”, también es cierto que la resistencia se limitó a “grupos aislados y pequeños”, pues “en la sociedad totalitaria del nacionalsocialismo no se pudo formar una amplia resistencia popular patriótica”, señaló.
El presidente de Alemania, Horst Koehler, colocó una ofrenda floral en la placa que honra a los conspiradores durante las ceremonias en Berlín.
La “Operación Walquiria”, como se llamó la conspiración de Stauffenberg y varios oficiales de la Wehrmacht -muchos desencantados con el desarrollo de la guerra, algunos horrorizados por el exterminio judío- pretendía establecer una dictadura militar provisional y regresar más tarde a un Estado de Derecho.
Con el homenaje de ayer y el enorme interés que ha despertado la efemérides, Alemania parece haberse puesto de acuerdo para recordar a Stauffenberg y el resto de conjurados ante todo como héroes, a pesar de que muchos de ellos fueron cómplices y autores materiales de la barbarie nazi.