EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Homicidio calificado, es el delito por el cual fue consignado Cristian Mares Ordaz de 25 años, vecino de El Barro, presunto responsable de acribillar de 41 puñaladas a otro ejidatario con quien tenía viejas rencillas, en un balie celebrado la noche del sábado diez de julio.
Óscar Menchaca Lara, agente del Ministerio Público, informó sobre la situación de Mares Ordaz, quien decidió entregarse a las autoridades antes de 24 horas de ocurridos los hechos, donde privó de la vida a su rival, Alfredo Lizardo Becerra de 34 años.
El representante social indicó que las comparecencias de testigos de los hechos permiten avanzar en la consignación del homicidio calificado y el caso está por cerrarse, con la entrega del inculpado por medio de sus familiares.
Sobre los hechos se dio a conocer que el occiso, originario del ejido 18 de Marzo, acudió tranquilamente a un baile en El Barro y cerca de las 23:30 horas, fue encarado por Cristián, con quien ya tenía viejas rencillas.
Presuntamente bajo los influjos de alguna droga, los testigos del homicidio aseguran que Mares Ordaz se abalanzó cuchillo en mano contra su rival y empezó a cocerlo a puñaladas.
Los asistentes al balie, entre ellos dos jovencitos que estaban muy cerca del lugar del crimen, dijeron que Cristián no reparó en las primeras puñaladas y que en determinado momento cambió de mano, para tomar más fuerza contra su víctima.
En diferentes partes del cuerpo, la mayoría en el pecho, abdomen y extremidades, recibió Alfredo Lizardo las 41 heridas producidas por arma blanca, que le provocaron un shock hipobulémico que terminó con su vida.
Pide perdón
Arrepentido, serio, con las manos dentro del pantalón, Cristián Mares Ordaz, se arrepiente de haber cometido un asesinato. “Espero que con esto acaban las rencillas. Le pido perdón a la familia”, dice el joven ejidatario tras las rejas de la Policía Ministerial.
La conciencia lo asechaba. Después del crimen, Cristián huyó a San Alberto con unos primos, al día siguiente fue llevado con su madre, después de analizar la situación, prefirió entregarse a las autoridades de la Subprocuraduría de Justicia.
“Ellos pudieron evitar todo”, consigna el presunto homicida, al referirse a su rival y los primos del occiso, que siempre lo estaban hostigando. La noche del crimen, Cristián estaba de pie cuando Alfredo lo tomó por la espalda y simuló que sacaría un arma.
“Me defendí, ya me había dicho que me iba a matar... saqué mi cuchillo y le empecé a dar... no lo podía dejar vivo, me iba a matar...”, explica el inculpado sobre la saña con que ultimó a su rival al darle 41 puñaladas que acabaron con su vida.