EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), consignará una averiguación en contra de médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), acusados de negligencia en agravio de una derechohabiente que por una mala atención perdió a su bebé.
Liliana López de la Cruz, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa uno, Coordinación ?B?, informó a El Siglo de Torreón que la semana entrante será cuando se consigne la averiguación a los juzgados de adscritos para que a su vez se turne al juez penal correspondiente y éste emita la orden de aprehensión en contra del o los presuntos responsables.
Lo anterior, dijo, luego que durante la indagatoria se recabaron numerosos elementos de cargo para el personal médico que incurrió en irregularidades en cuanto a la atención que se proporcionó a Éricka María Padilla Ramírez, cuando ésta solicitó sus servicios el pasado mes de julio de 2003.
Para ello, continuó, se ordenó la exhumación del cadáver del producto que murió en el vientre materno, con la finalidad de practicarle la necropsia correspondiente y de esta manera determinar las causas y el tiempo real de su deceso.
A la bebé, a quien sus padres pusieron el nombre de María del Refugio Torres Padilla, se le realizaron diversos estudios post mortem, por parte del médico legista asignado por la Procuraduría General de Justicia del Estado que posteriormente emitió su dictamen.
Durante la integración de la averiguación previa, se solicitó a las autoridades del Seguro Social los nombres de todo el personal que atendió a Éricka María en los departamentos de Toco Cirugía y Perinatología del Hospital General de Zona No. 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social, así como el expediente de la misma, previamente sellada y foliada por personal de la representación social.
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Hechos
DE acuerdo a su versión, Éricka María Padilla Ramírez, actualmente de 33 años de edad, acudió a la clínica 16 del Seguro Social, con el objeto de solicitar atención médica, pues estaba próxima a dar a luz. El parto fue programado para el tres de julio de 2003.
Ese día se presentó en la unidad médica acompañada por su esposo, Carlos Torres Sánchez, en el departamento de Perinatología, ubicado en el piso tres, aproximadamente a las 16:00 horas, donde una doctora le dijo que requería un ecosonograma, al tiempo que les informó que tenía tres días de dilatación y ya estaba lista para el parto, pero como había mucha gente le dijo que se fuera a su casa, dándole cita para el ocho del mismo mes y año.
Ya en su domicilio, Éricka María siguió con los dolores, pero como acababa de regresar del hospital optó por esperar hasta el día siguiente, cuando las contracciones se hicieron más fuertes, decidieron entonces que ya era el momento del parto.
El cuatro de julio a las 08:30 fue atendida en Toco Cirugía donde un médico ordenó otro ecosonograma y la joven madre pudo observar que su bebé movía con desesperación los brazos y las piernas. Pese a esto, el médico aseguró que todo estaba en orden, por lo que le indicó que esperara afuera para entregarle el resultado del estudio.
Luego de varias horas sin que nadie la atendiera, el perinatólogo le informó que al bebé no le funcionaba el corazón, pero que acudiera a Toco Cirugía donde otro médico le dijo que probablemente ya había muerto, pero sin poderlo asegurar.
La pareja interpuso una queja en contra de los médicos responsables de la atención de la parturienta, por lo que fue internada nuevamente n Toco Cirugía, donde le reiteraron que el producto ya había fallecido, dejándola en esa área para que lo expulsara sola, lo que podría tardar hasta tres días, le dijeron
Una hora después, a las 18:35 horas del cuatro de julio, otro facultativo no identificado, tras hacerle una revisión a Éricka María, ordenó de inmediato su intervención para extraerle al bebé muerto.
