Continua siendo muy alto el interés que las empresas mexicanas muestran sobre la cultura laboral japonesa. Los libros que tratan de los temas empresariales relacionados con Japón siguen teniendo gran aceptación y demanda por parte de quienes manejan la administración empresarial mexicana. En el umbral del tratado de libre comercio entre México y Japón, resulta imprescindible involucrarnos en el estudio de ese país ya que los japoneses han tomado la delantera y, previsores como son, desde hace más de tres años, han puesto su atención en conocer al detalle a nuestro país y a la forma en que los mexicanos y su gobierno, conducen la economía y los negocios.
A pesar de que las culturas mexicana y japonesa son diametralmente distintas, existen muchos conceptos que podemos adoptar de los japoneses para ponerlos en práctica en México y, de ésta manera, obtener similares resultados exitosos como los han obtenido en aquel país. Hay muchas empresas mexicanas que han obtenido mejores resultados aplicando los sistemas de calidad y poniendo en práctica las metodologías y estrategias laborales que los japoneses aplican a diario en sus empresas. Recientemente, me solicitaron impartir una conferencia sobre la cultura laboral de los japoneses. Esta solicitud fue hecha por un grupo de gerentes de recursos humanos de empresas maquiladoras del estado de Chihuahua, ellos, como responsables de las relaciones con los trabajadores y del ambiente laboral en sus respectivas empresas, están muy interesados en conocer los detalles del clima laboral de Japón para poder imitarlos en todo aquello que se pueda adaptar a la realidad mexicana y con ello, mejorar a las empresas y el nivel de vida de sus trabajadores.
Es importante mencionar que las propias empresas japonesas han invertido muchos años antes de llegar a tener las condiciones laborales y los niveles de eficiencia de que hoy gozan, debemos estar muy conscientes de ello para no desesperarnos y “aventar la toalla” por no ver resultados inmediatos, Toyota y Sony son un ejemplo muy ilustrativo de paciencia y perseverancia para obtener buenos resultados, ¡y que resultados! Estas empresas que iniciaron operaciones en locales modestos son ahora verdaderos imperios de dimensiones mundiales. Panasonic, inició la fabricación de radios como microempresa a finales de la década de los cincuenta, en una oficina con dos empleados, para convertirse después en un gigante que actualmente produce más de seiscientos artículos.
La cultura corporativa se impone en las empresas japonesas, es algo que las compañías de ese país han practicado durante muchos años de manera natural, espontánea y útil. Un empleado de Nipón Kokan, no actúa como uno de Hishikawajima Harima ni como uno de Toshiba. Y no es que los empleados se comporten como le gustaría a la empresa sino que el comportamiento es el resultado de una mezcla de creencias, valores, lealtad y acción, mucha acción. Los japoneses por años han entrenado a la fuerza de trabajo para que crea firmemente en lo que está haciendo y eso da como consecuencia invariable aumentos en la producción, mejoras en la calidad y un desempeño del trabajo con mayor agrado. En México, cada empresa debe promover su propia identidad para que los empleados se comprometan con ella con la misma o mayor lealtad con que lo hacen los empleados japoneses.
Las empresas deben de tener una filosofía, un credo, un ideal o “deber ser” que guíe a quienes las forman para que logren todo lo que se proponen. A veces, este credo o filosofía puede ser tan simple pero tan difícil de cumplir, debido a todos los paradigmas negativos que hemos cargado por años en nuestra mochila. Por ejemplo, el credo de Matshushita Electric Industrial Company, puede parecer a simple vista idealismo poético, pero los japoneses que trabajan en ella, lo siguen al pie de la letra y ello les ha dado resultado.
No hay duda, el progreso y el desarrollo se logran solamente, únicamente, a través de la cooperación y del esfuerzo de cada uno de los integrantes de una empresa, por ello, los japoneses que trabajan en Matsushita deben de recordar los ideales de su credo en todo momento para que su empresa siga mejorando cada día. Su credo incluye los siguientes ideales:
Objetividad. Las ganancias o el poder no son el único objetivo. Debemos cumplir primero y sobre todas las cosas, de una manera desinteresada a mejorar nuestro país y nuestra comunidad.
Justicia. Si no se practica el principio de justicia, nadie puede respetarse a sí mismo o a los demás. La sabiduría junto con la comprensión humana, producen satisfacción y felicidad.
Unión. La unión hace la fuerza. La dependencia es una virtud y la confianza una necesidad, solamente en base a estos conceptos puede existir, florecer y prosperar la verdadera armonía.
Realización. La autoconfianza genera autorespeto. Nunca la conformidad será un buen sustituto de la creatividad.
Humildad. Todo individuo deberá recordar sus inicios humildes. La egolatría jamás debe superar a la modestia. El entusiasmo y la modestia son las columnas que soportan el puente entre el éxito y el fracaso.
Adaptación. Los cambios son inevitables, resistirse a cambiar es una actitud retrógrada que no conduce sino al fracaso. La carencia de flexibilidad nos impedirá ir hacia delante.
Reconocimiento. No hay mejor recompensa que una palabra amable. La retribución fomenta la cercanía. El reconocimiento es sinónimo de respeto.
Amigo lector, el éxito no es obra del azar, es el resultado lógico de una concepción especial de la vida, puesta en acción en el campo de los negocios, en la cultura laboral japonesa, hay muchos aspectos aplicables a la realidad mexicana, ello sin embargo, implica grandes esfuerzos. Comarca Lagunera. Abril, 2004.
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