Reportajes

Controlan divisas el mundo

Socorro Muñoz Yáñez

El Siglo de Torreón

TORREÓN, COAH.- A pesar de que una hamburguesa de una libra sin aderezo es un producto homogéneo que pudiera venderse al mismo precio en todo el mundo, la realidad es muy distinta. Mientras que en Estados Unidos vale 2.65, en China cuesta 1.20 dólares, según el Índice Mc Donald´s que desde hace 14 años se da a conocer internacionalmente.

Inexplicablemente este polémico índice –visto por algunos analistas como simplista- desata cuestionamientos básicos sobre el comercio internacional y los tipos de cambio.

La relación entre el comercio internacional y las políticas cambiarias siempre han llevado una relación intrínseca, sin embargo, en este contexto de globalización su papel es preponderante, señala René Udabe González, asesor de la carrera de comercio exterior de la Universidad Autónoma de La Laguna (UAL).

“Gran parte de los debates de economía internacional están centrados en esos dos aspectos, desde la guerra silenciosa entre el dólar y el euro, hasta la polémica política cambiaria china”, dice.

Para Udabe González este controvertido tema debe tener interés tanto para la economía individual como a nivel país. “Porque el efecto llega a todos, pudiera verse como algo complejo, pero en realidad tiene gran utilidad”.

Sin embargo, para los analistas del comercio internacional la atención se ha centrado en el estudio sobre los efectos de una posible revaloración de la divisa china en virtud del impacto que está economía tiene en el comercio internacional, precisa el economista.

El entrevistado centra los antecedentes de este examen a partir de la crisis de los países asiáticos: “la economía china termina 1999 con serios problemas, a pesar del notable crecimiento, hay deflación, deterioro del saldo comercial y una caída en la Inversión Extranjera Directa (IED)”.

No obstante, el adecuado manejo de una Política Monetaria expansiva –con tintes Keynesianos- generó un efecto distinto a la expectativa, comenta Rene Udabe.

Específicamente, a la política cambiaria, dice, las autoridades chinas optaron por un tipo de cambio plenamente fijo, lo que obligó a hacer más restrictiva la acción monetaria.

Hoy en día el debate internacional es fuerte: la apreciación de la unidad monetaria china, el renminbi –utilizado para transacciones comerciales, mientras que el yuan es la moneda del pueblo-, se ha convertido en el centro de atención de los mercados monetarios.

“El primero en hablar de la necesidad de revaluar la divisa china fue Japón. Este país lleva varios años acusando reiteradamente a China de manipular la depreciación del renminbi (RMB) para provocar una situación deflacionaria en otros países.

Luego, dice, algunas naciones europeos y del Sudeste Asiático se expresaron en términos similares. En junio pasado, el secretario del Tesoro estadounidense, John Snow, declaró que el gobierno chino debe establecer poco a poco un sistema para el tipo de cambio que sea lo suficientemente flexible como para poder ser regido por el mercado. Según los analistas, la declaración de Snow demuestra que el Gobierno de EU, que hasta ahora no se había pronunciado sobre tan delicado tema, ha empezado a cambiar de actitud.

Según un estudio de la Organización Mundial del Comercio, desde 1994, la paridad entre el RMB y el dólar estadounidense apenas ha sufrido cambios, ya que la cotización de la moneda norteamericana se ha mantenido en los 8.28 RMB, con un margen máximo de variación del uno por ciento. El argumento principal de estas críticas, es el Índice Mc Donald´s.

Sin embargo, para las autoridades chinas “Estas comparaciones simplistas no tienen sentido; en Japón o en los EU, ir a un McDonald’s está al alcance de todo el mundo; pero en China, debido al bajo nivel general de vida y a las notables diferencias de ingresos, comer en uno de esos establecimientos es un lujo reservado no a todos”, dice Zhang Yuncheng, investigador del Instituto Chino de Estudios de las Relaciones Internacionales Contemporáneas.

Otro punto rescatado por este investigador es que hoy en día China es una “fábrica mundial” que exporta grandes cantidades de productos de buena calidad a bajo precio, provocando con ello deflación en Japón, EU y Europa.

Sin embargo, los que apoyan la revalorización dicen que el país oriental debe apreciar su moneda para ajustar su valor legal al derivado de la acumulación de grandes reservas de divisas y del importante superávit comercial registrados en los últimos años.

Esta posición contrasta con los argumentos de otros economistas importantes, comenta René Udabe.

“Por ejemplo Robert Mundell, el padre del euro, ha afirmado en repetidas ocasiones que la revaluación del RMB sería un error, puesto que ello no serviría para frenar la deflación, sino para acelerarla”.

La opinión del Mundell contrasta con la del Fondo Monetario Internacional, que han sugerido a China que deje flotar su moneda.

Al respecto, Morgan Stanley, conocido banco de inversiones estadounidense precisa en un informe que “China se ha convertido en el principal chivo expiatorio. Pero la presión ejercida por determinados países no ha hecho más que elevar su valor. Ciertos países no quieren asumir sus responsabilidades y las naciones cuya economía se encuentra estancada no buscan las razones en ellos mismos, sino en otros. En realidad, la lentitud del repunte de la economía mundial no tiene mucho que ver con el tipo de cambio del RMB.”

Para René Udabe los puntos de vista son encontrados, pero el fenómeno chino va más allá de una apreciación o depreciación monetaria. Para el economista lagunero una sobrevaluación sería precipitada, en virtud de que las necesidades de está economía están relacionadas con la generación de empleo y el desarrollo de infraestructura. “Desde luego que está Política Monetaria beneficia a China, pero perjudica a países que realizan un comercio triangular como Estados Unidos y Japón, que invierten en países emergentes, importan sus productos y luego los vuelven a introducir al mercado interno”.

México, dice, es un claro ejemplo de los efectos de una política cambiaria sobrevaluada. “En el período de Carlos Salinas de Gortari se establecieron bandas de flotación, que permitían la introducción de importaciones a precios más que competitivos, mientras que las exportaciones estaban limitadas”. El declive industrial, fue el resultado, dice.

Por su parte, Jorge Castañeda Agüero, gerente de Visión Integral Aduanera asegura que una revaluación de la paridad china reforzaría el mercado interno. Para el entrevistado, esta medida traería la expansión de la economía estadounidense y por consiguiente la mexicana. “México recobraría competitividad, frente a China”.

Sin embargo dice: “pero esto sería momentáneo, porque el fenómeno chino es más que un manejo cambiario”.

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