EFE
CISJORDANIA.- Altos mandos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) viajaron este fin de semana a El Cairo para coordinar con Egipto los preparativos de seguridad con vistas a la retirada israelí de la Franja de Gaza en 2005.
En las reuniones participarán el jefe del Servicio de Información de la Policía de la ANP, Amín Al Hindi, y el jefe de la Seguridad Pública (policía paramilitar), Abdel Razek Al Mayaida.
Israel ha prohibido el desplazamiento al jefe de la Seguridad Preventiva, Rashid Abu Shabak, por su implicación en ataques contra blancos israelíes durante la Intifada de Al Aqsa, informó ayer la radio pública israelí.
Los debates entre los altos mandos palestinos y egipcios comenzarán mañana lunes y forman parte de los esfuerzos de El Cairo para estabilizar la situación de anarquía en la Franja de Gaza y permitir una retirada israelí pacífica.
Israel tiene previsto retirar sus fuerzas y evacuar los 18 asentamientos judíos en Gaza hacia finales de 2005, si prosperan finalmente los planes de su primer ministro Ariel Sharon, que se enfrenta desde hace varios meses a una masiva oposición dentro de las filas de su partido Likud.
El objetivo egipcio es afianzar el control del Gobierno de la ANP en Gaza para cuando Israel se retire, así como impedir que los grupos islámicos mayoritarios se hagan con el poder.
La iniciativa egipcia contempla también la posibilidad de que oficiales palestinos sean entrenados en su territorio, así como el posible envío de instructores a la Franja de Gaza.
Sin embargo, por el momento Egipto se muestra reacio a enviar a Gaza a personal militar porque teme que sus agentes queden en medio de los enfrentamientos entre el Ejército israelí y las milicias.
A pesar de los esfuerzos de ambos Gobiernos, Egipto no ha conseguido hasta ahora un compromiso israelí para cesar sus ataques en Gaza, ni uno de la ANP para efectuar reformas en los cuerpos de seguridad y en las instituciones de Gobierno.
La intervención egipcia se ha hecho necesaria debido a la negativa de Israel de efectuar la evacuación en cooperación con la ANP, y sus funcionarios median entre unos y otros para coordinar posturas y preparativos.
Israel se niega a hablar con la ANP mientras el presidente Yasser Arafat siga al frente del poder y no se efectúen las reformas necesarias para frenar a las milicias.
Y la ANP se muestra reacia a aceptar el así llamado por Israel “Plan de Desconexión” de los palestinos en tanto la comunidad internacional no ofrezca garantías de que formará parte de un proceso más amplio y destinado a aplicar en su totalidad del “Mapa de Ruta”, el abandonado plan de paz elaborado por el Cuarteto de Madrid.
