Los encargados del autotransporte público en la Región Lagunera piensan que la población es de tercera o quinta categoría y con memoria de teflón y según se ve el estatus de mitomanía en que ellos (funcionarios) se mueven son sueños jibados en una permanencia que espanta más aún cuando de declarar se trata ya que nos brindan una pésima actuación para con quien les paga.
Más allá de que sólo sean cortinas de humo o jugadas de atracción lo que hacen en contubernio los pulpos transportistas y las autoridades del Autotransporte están el pésimo servicio que venden las diferentes líneas urbanas y suburbanas.
A principio de la administración panista en Torreón, con bombo y panderos se anunció en voz de la encargada del Transporte Urbano Sandra Mijares que el transporte sería una prioridad en Torreón, inclusive se visitaron otros estados y ciudades para ver cómo funcionaba el transporte (la intención era hacer una vil copia), pero es obvio decir que la copia o el proyecto nunca se gestó.
La anarquía que se vive en Torreón y su zona conurbana es tangible, se pueden palpar las láminas y torteras de los modelos de camiones que algunos datan de la Segunda Guerra Mundial, ver la suciedad de humo de mil colores que por los mofles arrojan y escuchar el rugir de los motores, que sólo es opacado por las cumbias del autoestéreo que el chofer como regla general tiene encendido a más de 120 decibeles.
Los ciudadanos, los usuarios, obreros, estudiantes amas de casa y público en general no merecen tener unas chatarras como transporte y esto no es más que una diabólica alianza vituperable entre las autoridades encargadas del Transporte Público y los dueños de los bulevares, las calles y avenidas de Torreón; entiéndase los transportistas.
Una gran verdad es que el dinero está escaso, el tener unidades nuevas cuesta mucho, los combustibles cada mes suben de precio, pero al menos el comportamiento de los choferes y sus inseparables moscas debe a la voz de “hoy”, cambiar para bien.
A la vuelta de hoja del calendario está el incremento del pasaje, otro golpe bajo para la clase más desprotegida y para lograr esto sólo bastará que los camioneros efectúen un plantón por la Matamoros y enseguida tendrán su aumento al pasaje.
La administración de Guillermo Anaya, salió igual o peor que las anteriores priistas, con tratos en lo oscurito y obras monumentales de oropel y con cortinas de humo minimizar los grandes problemas que aquejan a los que menos tienen.
Los dueños de avenidas, calles y bulevares con sus unidades, no respetan paradas, doble línea, rayas amarillas, color de semáforos y mucho menos a las autoridades de Ecología (si acaso las hay) ya que con sus cortinas de humo se mezclan entre las leyes de autotransporte y sus corruptas e ineficientes autoridades y donde además queda demostrado que en este caso es una diarquía la que se encarga de este importante y necesario servicio en la que Sandra Mejía como encargada de Torreón es sólo de membrete como ha quedado demostrado (si no es verdad que demuestre lo contrario) y de los otros municipios de la Comarca ni siquiera existe Comisión de Autotransporte, sólo anarquía y unas combis que representan el usufructo de las autoridades hacia el pueblo.
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