AGENCIAS
SAO PAULO, BRASIL.- Los países en desarrollo unieron ayer sus voces para pedir un sistema internacional de comercio más equilibrado y más ayuda para el progreso en la apertura de la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
“Tenemos que defender un sistema internacional que tenga en cuenta el elevado número de personas en países en desarrollo que claman por una vida digna”, dijo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al instalar la reunión en Sao Paulo, junto con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.
En la XI UNCTAD participan ministros o delegados de los 192 países miembros del organismo, quienes discutirán las perspectivas del comercio y el desarrollo mundial, el estado de las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC), además de problemas como la pobreza y la discriminación de la mujer en el mercado laboral.
El presidente Luis Inácio Lula da Silva enfatizó que, en los últimos cinco años, 55 países subdesarrollados tuvieron un crecimiento económico por debajo del dos por ciento, 23 vieron disminuir su riqueza y solamente 16 tuvieron una expansión por encima del tres por ciento.
Otra comparación que denota el aumento del abismo que separa a naciones pobres y ricas citó el Mandatario al señalar que en la década de los 60, cuando la UNCTAD fue creada, la renta per cápita de las naciones más pobres era de 212 dólares al año, mientras la de los más ricos pasaba de 11 mil 400 dólares.
Cuarenta años después, los más pobres todavía andaban por los 267 dólares de promedio, mientras las naciones más ricas ya estaban en los 32 mil 400 dólares.
Lula añadió que ninguna frontera ideológica o tecnológica concentra tantas necesidades urgentes —ni tampoco tantas promesas— como las naciones subdesarrolladas.
Lula propuso dar un impulso al Sistema General de Preferencias Comerciales (SGPC), creado en 1989 a instancias de la UNCTAD para derribar las barreras al intercambio de bienes y servicios entre países pobres.
Annan afirmó que la “nueva geografía del comercio mundial”, configurada por el aumento del comercio entre los países en desarrollo, podría impulsar su progreso y el crecimiento de la economía mundial.
Según la UNCTAD, el comercio entre los países en desarrollo, que en 1990 equivalía al 24 por ciento del total mundial, subió al 32 por ciento en 2000, gracias principalmente al fuerte crecimiento económico de China, que se ha convertido en el gran mercado para el bloque Asia-Pacífico.
Annan señaló que los países ricos deberían ser más coherentes en sus propuestas de apertura comercial.
Respecto a los países en desarrollo, a quienes pidió dinamismo, dijo que si reducen un 50 por ciento los aranceles que se cobran entre sí aumentaría en más de 15 mil 500 millones de dólares el comercio intrarregional cada año, generando así más riqueza y desarrollo.
Más contundente en sus críticas a las naciones desarrolladas fue el primer ministro de Tailandia, Thatksin Shinawatra, quien dijo que “las reglas de juego nunca han sido justas con los países del Sur”.
Un sistema comercial más equilibrado también fue defendido por los presidentes de Uruguay, Paraguay y Bolivia, que intervinieron en la primera sesión de la XI UNCTAD.
“Estamos con una mano adelante y otra atrás”, dijo el uruguayo Jorge Batlle, para explicar que las diferencias entre ricos y pobres se notan en las negociaciones agrícolas con Europa, donde “cinco o seis representantes” de los países en desarrollo deben enfrentarse al “ejército de especialistas” que está al otro lado de la mesa.
Su homólogo boliviano, Carlos Mesa, llamó la atención sobre las diferencias económicas existentes entre los propios países en desarrollo, y dijo que la “necesaria” relación Sur-Sur debe superar las asimetrías existentes para que haya verdadera integración.
El presidente paraguayo, Nicanor Duarte, pidió más voz para los países en desarrollo en los organismos internacionales y una integración más efectiva entre ellos.