Sufre Jamaica el embate del huracán, al menos ocho personas han muerto.
EFE
MIAMI, EU.- “Iván” se fortaleció ayer con vientos superiores sostenidos de 270 kilómetros por hora (km/h) y se colocó de nuevo en la máxima categoría ciclónica, tras azotar a Jamaica y poner rumbo hacia las islas Caimán y Cuba.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH), con sede en Miami, informó que “Iván”, alcanzó la categoría cinco en la escala de intensidad Saffir-Simpson, la máxima, y a esa hora se hallaba a 235 kilómetros al este-sureste de la isla de Gran Caimán.
“Iván” el ciclón, el más potente de la actual temporada atlántica de huracanes que comenzó el primero de junio pasado y termina el próximo 30 de noviembre, pasó en las últimas horas por aguas cálidas del Caribe, al sur de Jamaica, tras dejar a su paso por ese mar en los últimos cinco días 32 muertos, decenas de miles de damnificados y daños millonarios.
En Jamaica ha dejado al menos ocho muertos, ha causado inundaciones, copiosas lluvias y ha causado graves daños a edificios y casas, según informes locales.
Los expertos han advertido que las autoridades y habitantes del noroeste del Caribe y del este del golfo de México -es decir las costa occidental de Florida-, deben estar atentos a la trayectoria de “Iván”, que en su travesía caribeña ha causado hasta ahora al menos 32 muertos y pérdidas millonarias, especialmente en la isla de Granada.
Ante la amenaza las autoridades cubanas aceleran la evacuación de más de medio millón de personas ante el avance de “Iván”, que ya ha causado intensos vientos e inundaciones en la costa oriental de la isla.
Los últimos pronósticos apuntan que “Iván”, podría impactar contra Cuba en la noche de hoy domingo o la mañana del lunes.
Los cambios en la trayectoria que ha experimentado el huracán en las últimas horas dificultan las previsiones sobre las zonas con mayor riesgo de impacto, aunque los expertos estiman que podría penetrar por el centro o el occidente del país.
Las autoridades cubanas han declarado alerta ciclónica en todas las provincias occidentales, desde Pinar del Río a Sancti Spíritus, pasando por La Habana y la provincia de Habana.
De momento, “Iván” ha empezado a dejarse sentir en las costas de Santiago de Cuba, en el extremo oriental, donde ha causado fuertes marejadas e inundaciones, en especial en el área de la Playita Siboney.
José Rubiera, jefe del Departamento de Pronósticos del Instituto de Meteorología, explicó ayer que los efectos de “Iván” sobre la isla se acentuarán en las próximas horas, con nubosidad, chubascos y tormentas eléctricas que pueden ir acompañadas de vientos de hasta 35 kilómetros por hora.
El Estado Mayor de la Defensa Civil ha ordenado la evacuación de más de 200 mil personas a las que se sumarán cientos de miles más de la región occidental y del centro.
También han sido desalojados los turistas de los cayos costeros y de Trinidad, en el sur del país.
En el balneario de Varadero (Matanzas, unos 140 kilómetros al este de La Habana), uno de los principales polos turísticos del país, permanecen bloqueados 13 mil turistas.
Canadá ha ordenado la evacuación de sus turistas en Cuba, mientras la Oficina de Intereses de EU en La Habana ha solicitado permiso para la salida de los funcionarios o los ciudadanos estadounidenses que decidan abandonar la isla.
Algunas agencias de viaje han trasladado a grupos reducidos de turistas a México y República Dominicana, y otras han optado por adelantar el regreso de sus clientes a sus lugares de origen.
Las autoridades anunciaron ayer el cierre de los aeropuertos a partir de hoy domingo y hasta el martes, si es que las condiciones lo permiten.
El azote de “Iván” se producirá justamente un mes después de otro devastador huracán, “Charley”, que dejó cuatro muertos, más de 70 mil viviendas dañadas y pérdidas superiores a los mil millones de dólares el pasado 13 de agosto.
Crisis de alimento en Granada
Una lluvia intensa cayó ayer sobre Granada, agravando aún más la miseria de millares de habitantes de esta ciudad necesitados de agua, alimentos y refugio tras el paso devastador de Iván por esta isla antillana.
“No tengo nadie que me ayude”, dijo la residente local Verna Alfred, de 53 años, mientras se protegía de los elementos bajo las ruinas de su vivienda con varios nietos y un vecino.
Los feroces vientos que azotaron Granada el martes desprendieron la mayoría de los tejados y ocasionaron una fuerte crisis en la isla, donde más de la mitad de sus 100 mil habitantes quedaron desamparados.
El paso de Iván dejó un saldo de por lo menos 34 muertos y más de 500 heridos, que son ahora tratados en hospitales donde escasean los abastecimientos médicos.
En las últimas horas, la abuela Alfred sólo ha comido algunas galletas con queso traídos por sus amistades, según dijo. “No es alimento suficiente”, agregó.
En la sala de una vivienda cercana, apenas unas pocas vigas obstruían la vista del cielo nocturno.
“Todo el mundo duerme en el piso”, dijo Lera Williams, de 38 años, una desempleada que pasó la noche en la casa de su novio con otras personas, tras haber perdido su casa y sus pertenencias al paso de Iván. “No tengo nada que ponerme. Todo voló”.
Muchos sectores están completamente oscuros durante la noche. Unos pocos residentes utilizan lámparas de aceite o cirios para alumbrarse. Algunos fuegos iluminan la noche en las laderas de las colinas distantes.
En la mañana de ayer, algunos tomaban agua de charcos creados por la inundación. Un hombre abrió un coco para beber su agua. Otros se bañaban con agua sacada de una cañería rota.
Si bien ha llegado alguna ayuda, la mayoría de los residentes niega haberla visto.