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GONAIVES, HAITÍ.- Los rebeldes se agruparon ayer en el norte de Haití, preparándose para una esperada ofensiva policial que apunta a terminar con un alzamiento que ha amenazado la presidencia de Jean-Bertrand Aristide y matado a por lo menos 49 personas.
La ciudad de Gonaives, la cuarta más importante del país, continuaba bajo control rebelde, mientras otros opositores de Aristide prometieron realizar una masiva manifestación mañana domingo en la capital del país, Puerto Príncipe.
“No daremos marcha atrás”, dijo Evans Paul, político de la oposición y ex partidario de Aristide.
El jueves, partidarios de Aristide atacaron con piedras a opositores que se reunían para manifestar contra el Presidente y bloquearon con neumáticos encendidos la ruta prevista para la protesta, forzando su cancelación.
Agencias humanitarias advirtieron sobre la crisis emergente, mientras los rebeldes se agruparon para enfrentar a la policía.
Los partidarios de Aristide bloquearon la carretera que conduce a Cap Haitien para que los rebeldes no puedan incursionar. También cortaron el suministro de combustibles, dejando a la ciudad portuaria del norte del país, la segunda en importancia, sin energía por casi una semana.
En la ciudad de Saint Marc, al oeste de Haití, donde la policía había expulsado a los insurgentes, algunos grupos incendiaron la casa del empresario opositor Franck Paultre, según informó Radio Metropole.
El Comité Internacional de la Cruz Roja advirtió que Haití no tiene instalaciones para enfrentar las consecuencias del derramamiento de sangre.
“Los hospitales en Puerto Príncipe y otras ciudades están recibiendo gente herida con necesidades urgentes de cuidado médico”, manifestó la organización con sede en Ginebra.
“Muchas instalaciones médicas, sin embargo, no están funcionando porque el personal teme por su propia seguridad. La situación está también impidiendo que las organizaciones humanitarias puedan aportar los suministros médicos necesarios”, explicó.
Puerto Príncipe ha permanecido casi al margen de la rebelión, pero es el sitio donde la policía, los partidarios del Gobierno y los opositores se enfrentan durante las habituales protestas.
Haití ha sufrido 32 golpes en 200 años, el último de ellos en 1991, cuando Aristide fue derrocado tras ser el primer presidente libremente elegido de la nación caribeña.
El por entonces presidente estadounidense Bill Clinton envió 20 mil soldados norteamericanos en 1994 para terminar con un régimen militar, restaurar en el poder a Aristide y frenar el éxodo de emigrantes.