AGENCIAS
JERUSALÉN.- Israel está a la tensa espera de un atentado palestino como venganza por el asesinato del jeque Ahmed Yassin, mientras el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se prepara para tratar con el presidente George W. Bush, “la guerra contra el terrorismo” en su próxima visita a Estados Unidos el 14 de abril.
Bush tiene previsto entrevistarse primero, el día 12 de abril, con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, el 14 con Sharon y el 21 con el rey de Jordania, Abdalá I.
Antes de que viaje Sharon a EU, el Gobierno de Bush enviará a tres mediadores a la zona: Richard Burns, Steven Hadley y Elliot Abrams, para conocer en detalle el plan de Sharon, que llama de “Desconexión” de los palestinos, que ha sustituido al “Mapa de Ruta”, o plan de paz elaborado por el “Cuarteto de Madrid”.
Mientras tanto las calles de Jerusalén ayer están desiertas no sólo por el “shabat”, sino por el temor generalizado desde hace días que los grupos armados palestinos lleven a cabo un atentado para vengar la muerte el pasado lunes del jeque espiritual y fundador de Hamas, jeque Ahmed Yassin en Gaza, mediante misiles lanzados por helicópteros.
Las incursiones militares israelíes sin embargo, no han cesado en los territorios ni tampoco la represión de las manifestaciones palestinas en protesta contra la muerte de Yassin y contra la construcción del muro, que poco a poco convierte a esos territorios en una piel de tigre con aldeas y ciudades aisladas por los asentamientos, las carreteras israelíes y la muralla de separación.
Ayer un niño palestino, Khaled Walweel, de seis años, murió por un disparo recibido en la boca, cuando jugaba cerca de la ventana de su casa, dijo su madre Lina, de 22 años.
“Estaba jugando cerca de la ventana -explicó- y de repente, oí disparos. Vi a mi niño que caía del sofá al suelo. Vi a un todoterreno israelí desde la ventana y estaba a unos diez metros”. La familia de Khaled vivia en un campo de refugiados ubicado en Cisjordania.
Antes del amanecer de ayer, los soldados israelíes entraron al campamento de refugiados Balata, al borde de esa ciudad cisjordana, en busca de un supuesto fugitivo que habría participado en varios intentos de contrabandear explosivos en las últimas semanas, dijo un comandante del Ejército, el teniente coronel Guy Hatzout.
Fueron atacados por hombres palestinos armados y respondieron con disparos, pero Hatzout les ordenó a sus soldados que se retiraran al no poder encontrar al fugitivo.
El comandante dijo que después de unos minutos de calma, un palestino disparó a uno de los vehículos del Ejército desde una esquina, pero no pudo dar con su objetivo.
“Diez segundos más tarde, escuché que gritaban detrás de mi jeep. Toda una familia gritaba y en los brazos de un padre vi a un niño ensangrentado”, sostuvo.
La familia del niño cree que el menor fue alcanzado por los disparos de los soldados israelíes que apuntaban a un grupo de jóvenes que les lanzaban piedras a sus vehículos.
