AP
BAGDAD, IRAK.- Grupos de milicianos emboscaron ayer a un autobús lleno de iraquíes que trabajaban para el Ejército estadounidense en Tikrit, matando a 17 civiles e hiriendo a 13, mientras que cuatro miembros de las fuerzas de seguridad de Irak murieron en un tiroteo y al detonar un automóvil cargado de explosivos en el Norte del país.
Fueron los hechos de violencia más recientes de una serie de atentados letales a las fuerzas de Irak y a otros aliados del Ejército estadounidense, en los que han muerto al menos 68 iraquíes desde el viernes. El repunte en la violencia se produjo a pesar de la ofensiva en gran escala de Estados Unidos efectuada el mes pasado para acabar con la resistencia antes de las elecciones programadas para el 30 de enero.
Desde dos automóviles, combatientes dispararon a un autobús cuando descendían del vehículo algunos iraquíes contratados por las fuerzas de la Coalición invasora en un vertedero de armas en Tikrit, a 130 kilómetros al Norte de Bagdad, dijo el capitán Bill Coppernoll, portavoz de la Primera División de Infantería de Estados Unidos, con sede en Tikrit.
Los sobrevivientes indicaron que los siete atacantes rociaron el autobús de balas, y luego huyeron.
Aproximadamente una hora después, un suicida condujo un vehículo cargado de explosivos hasta un retén de la Guardia Nacional iraquí en Beiji, ubicada a unos 120 kilómetros al Norte, detonándolo antes de que otros de sus compañeros dispararan al puesto de control, matando a tres guardias y dejando 18 heridos.
Grupos de la resistencia también atacaron a guardias que patrullaban cerca de Samarra, a 95 kilómetros al Norte de Bagdad, matando a uno e hiriendo a cuatro.
Los milicianos han estado atacando a los iraquíes empleados por la Coalición encabezada por Estados Unidos y a las fuerzas de seguridad de Irak, acusándolos de colaborar con la ocupación. Los ataques han adquirido un nuevo ímpetu antes de las elecciones del 30 de enero, que la resistencia intenta impedir.
