AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- La violencia que estalló el domingo se ha extendido por todo Irak como la pólvora y los radicales shiies se han hecho fuertes en las principales ciudades.
Las palabras del clérigo radical shii Muqtada Al Sadr exhortando a sus seguidores a “aterrorizar al enemigo”, tras la detención de su número dos, Mustafá Yacoubi, fueron escuchadas y la población se rebeló contra las fuerzas de ocupación en las principales ciudades iraquíes.
El Ejército Mehdi de Al Sadr ha repetido durante meses que está listo para una “guerra santa” contra los estadounidenses, y parece que está dispuesto a cumplirlo. Al menos 52 iraquíes, ocho soldados estadounidenses y un militar salvadoreño han muerto desde el domingo en enfrentamientos entre los partidarios de este líder y las fuerzas de ocupación.
El detonante de esta oleada de violencia fue la detención de Mustafá Yacoubi, representante en la ciudad santa de Nayaf de Al Sadr.
“Yacoubi está bajo custodia de la Policía iraquí acusado de complicidad en el asesinato del ayatolá Abdul Majid al-Khoei, uno de los principales defensores de los derechos humanos en Irak”, aseguró el subjefe de la policía, Douglas Brand.
Los principales combates se registraron ayer en Shuala, un barrio al norte de Bagdad, y en Fallujah, donde las tropas estadounidenses han lanzado la operación más agresiva desde que terminó la guerra.
En Shuala, helicópteros Apache dispararon contra varios objetivos, para despejar el camino a los carros blindados, que entraron en la ciudad y se enfrentaron con los seguidores de Sadr que se habían concentrado en la oficina del clérigo. Fuentes hospitalarias cifraron en dos el número de muertos y más de 20 heridos.
Testigos presenciales dijeron que vieron cómo dos helicópteros Apache abrían fuego en el barrio de Shuala, en el noroeste de Bagdad. Un vehículo estadounidense se incendiaba en las inmediaciones.
La víspera, una batalla campal en el principal barrio shii de Bagdad, Ciudad Sadr, entre soldados estadounidenses y combatientes shiies que habían tomado una comisaría, se saldó con 28 iraquíes y ocho estadounidenses muertos y cerca de un centenar de heridos.
Mientras, en Basora, milicianos leales al polémico clérigo y agitador de esta oleada de violencia, ocuparon la sede del Gobierno de esta ciudad del sur.
Al menos 150 partidarios de Muqtada Al Sadr tomaron ayer por asalto la oficina del gobernador de Basora, informaron miembros de la coalición destacados en esa ciudad iraquí.
Los inconformes colocaron en el techo una bandera de color verde y expresaron su inconformidad con las acciones llevadas a cabo por las autoridades locales que trabajan de forma conjunta con los británicos.
El Reino Unido, cuyas tropas están a cargo de la ciudad, aseguraron que funcionarios iraquíes estaban manteniendo conversaciones con grupos vinculados al clérigo para intentar resolver la situación.
Máxima tensión
Además, continúa la tensión en la zona bajo control español tras los graves incidentes del domingo, cuando las tropas repelieron un ataque de radicales shiies en Nayaf, y murieron 20 iraquíes, un soldado salvadoreño y otro estadounidense.
Las bases de la Brigada Plus Ultra en Nayaf y Diwaniya fueron atacadas ayer con morteros, sin que se registraran daños personales ni materiales, según el Ministerio de Defensa, que informó de que el general jefe de la Brigada, Fulgencio Coll, ha trasladado a Nayaf su puesto de mando.
La revuelta shii coincide con el lanzamiento en Fallujah de una operación militar de gran envergadura que durará varios días, tras el asesinato de cuatro civiles la semana pasada.
Desde primeras horas de la madrugada de ayer, Fallujah está rodeada de alambradas de espino y sólo se permite el acceso a los vehículos matriculados allí.
Ha empezado la Operación Resolución Valiente con la que las fuerzas estadounidenses intentan recuperar el control de la ciudad y castigar a los responsables del brutal asesinato de cuatro guardaespaldas norteamericanos el pasado miércoles.
“Nuestro objetivo está claro, queremos capturar a los hombres que buscamos. No deseamos ir y disparar a boleo”, declaró el teniente James Vanzant a un pool de periodistas. Nadie sabe cuántos días va a durar la operación, la mayor emprendida desde la caída del régimen de Saddam el año pasado. Los militares han preparado campamentos para albergar a los detenidos y a los civiles que puedan escapar de los combates.
“Un total de mil 300 efectivos de las fuerzas de la Coalición se han desplegado para cercar Fallujah”, informó por la tarde el general norteamericano Mark Kimmitt, director adjunto de operaciones.
La operación de sellado de Fallujah incluye el toque de queda de siete de la tarde a seis de la mañana, según un comunicado difundido en la ciudad. También se pide que quienes pertenezcan a algún servicio de seguridad iraquí “permanezcan en uniforme”.
