AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- Pakistán es el último país afectado por la pesadilla de los secuestros de extranjeros en Irak, después de que su embajada en Bagdad revelara que tiene indicios de que dos de sus ciudadanos han sido capturados.
La legación indicó que no tiene noticias desde el viernes a mediodía sobre el paradero de un ingeniero de mantenimiento identificado como Azad, y un conductor, llamado Sajjad Naeem.
Ambos pakistaníes trabajan para la empresa de capital kuwaití Al-Tamimi, especialista en trabajos de construcción, y lo último que se sabe de ellos es que regresaban por carretera a Bagdad.
“Hemos sabido, a través de nuestra embajada en Bagdad, que dos ciudadanos de nuestro país que trabajaban para el grupo Al-Tamimi han desaparecido”, indicó horas después el portavoz ministerial, Masud Jan.
De confirmarse su captura, la suerte de los pakistaníes correría paralela a la de los siete camioneros -tres kenianos, tras indios y un egipcio- secuestrados en Irak el pasado miércoles, y a la de un diplomático egipcio, capturado el viernes cuando salía de la mezquita.
La oficina de intereses egipcia en Bagdad confirmó ayer que ya se han iniciado las gestiones, en colaboración con el nuevo Gobierno interino iraquí, para lograr la liberación del funcionario egipcio, el primer diplomático hecho rehén en Irak.
“El Gobierno (egipcio) trabaja duro para lograr la liberación de los rehenes. Estamos en contacto permanente con la embajada”, confirmó a los periodistas en El Cairo el viceministro de Asuntos Exteriores, Hamid al-Bayati.
La captura del diplomático ha colocado en un comprometida situación política a Egipto, presionado por el primer ministro interino iraquí, Iyad Allawi, para que no ceda a la extorsión.
Allawi pidió al régimen egipcio que no siga “el pésimo ejemplo” de Filipinas, que retiró sus tropas para salvar la vida del camionero Angelo de la Cruz, porque sólo sirve para “alentar el terrorismo”.
“No se le pueden conceder a los terroristas sus demandas. Esperamos que los rehenes sean liberados. El Gobierno iraquí va a hacer todo lo que está en su mano”, dijo Allawi, tras reunirse con el presidente sirio, Bachar al-Asad.
En Nueva Delhi, el ministro indio de Asuntos Exteriores, Natwar Singh, reveló que su país ha movido hilos diplomáticos y tienes “esperanzas de que la crisis se resuelva pronto, y por la vía pacífica”.
Los rehenes indios, junto a los tres kenianos y el egipcio, están en manos de un grupo denominado “Los portadores de las bandas Negras”, que en principio exigió para su liberación que la empresa kuwaití para la que trabaja se retire de Irak.
En los días siguientes, demandó también que cesen los ataques de EU contra ciudades iraquíes como Fallujah, y que se ponga en libertad a los presos retenidos por las tropas estadounidenses.
La ola de secuestros trae consigo el miedo ante las numerosas decapitaciones, filmadas por los secuestradores y emitidas por los canales árabes al resto del mundo. Del río Tigris se han sacado ya varios cuerpos sin cabeza, algunos aún por identificar, que demuestran el precio que pagan los rehenes que, de alguna forma, “colaboran con la Administración estadounidense” o cuyos países no responden al chantaje político.