Se estrena el telfilme La Historia de Brooke Ellison, dirigida por el fallecido actor Christopher Reeve
EFE
San Francisco EU.- La sombra de Christopher Reeve está lejos de disiparse en estas elecciones, ya que al estreno de ayer de su última película como director se suma su lucha en California para apoyar la investigación con células madre.
Poco más de dos semanas después de su súbita muerte, las ideas por las que luchó Reeve parecen tomar más fuerza que nunca: su doble presencia en la pequeña pantalla indica que la campaña en apoyo de los tetrapléjicos no ha concluido con la vida del actor.
El estreno del telefilme La Historia de Brooke Ellison, el relato real de la vida de una niña de once años que quedó inválida tras un accidente de automóvil, recuerda el empeño de Reeve por dar sentido a una existencia confinada a la silla de ruedas.
Por otra parte, el actor comenzó a aparecer en un anuncio de televisión grabado poco antes de su muerte en el que anima a los californianos a que voten a favor de una propuesta para dedicar 3,000 millones de dólares a la investigación con células madre o embrionarias.
Los científicos creen que la investigación con estas células podría ser crucial para encontrar curas a enfermedades como el Alzheimer, la diabetes o el mal de Parkinson, pero los oponentes alegan que supone la destrucción de los embriones, que desde su punto de vista sólo deben ser creados con la finalidad de dar vida.
?Las células madre ya han curado la parálisis en los animales, son el futuro de la medicina?, dice el actor, cuadripléjico desde 1995, cuando sufrió un accidente de equitación, en el anuncio.
Si sale adelante esta propuesta, que está incluida en la papeleta del dos de noviembre, los científicos dispondrán de 295 millones de dólares anuales durante diez años que situarían a California a la cabeza de Estados Unidos (EU) y a la altura de países pioneros, como Gran Bretaña.
El actor fallecido no era el único famoso en apoyar la causa. La campaña a favor de la utilización de estas células también ha salido muy reforzada con la participación del actor Michael J. Fox, que sufre la enfermedad de Parkinson.
?Bush dice que podemos esperar. Pero muchas vidas están en juego y ha llegado la hora del liderazgo?, señala Fox en una serie de anuncios televisivos que se emiten en algunos estados donde los dos partidos están prácticamente empatados. Pero quizá sea el último trabajo de Reeve lo que llegue con más fuerza al corazoncito de los estadounidenses.
El filme tiene, como es obvio, mucho en común con la vida del propio Reeve. Al igual que el actor, la joven protagonista se empeña en salir adelante y, a pesar de las numerosas dificultades, consigue estudiar en la prestigiosa Universidad de Harvard con una beca.
Más allá de la ?capa?
En 1978, su estatura (1.93 metros), aspecto atlético y amor por las aventuras, convirtieron a Reeve en Superman. A partir de entonces, cuando alguien piensa en el héroe de historietas, piensa también en el actor norteamericano.
Aunque le debía su fama a Superman, Christopher Reeve hizo un esfuerzo para, como decía con frecuencia, ?escapar de la capa?: interpretó a un veterano de la guerra de Vietnam, lisiado y amargado, en la obra de Broadway Fifth of July en 1980; a un viajero en el tiempo enamorado en Somewhere in Time (Pídele al Tiempo que Vuelva), del mismo año, y a un aspirante a dramaturgo en la cinta de suspenso Deathtrap de 1982.
Después del accidente que cambió su vida, regresó al cine como director, e incluso como actor en una producción para televisión de 1998 llamada Rear Window (La Ventana Indiscreta), una actualización moderna de la cinta de suspenso de Alfred Hitchcock acerca de un hombre en silla de ruedas que está seguro de que un vecino ha sido asesinado. Reeve ganó un premio de la Asociación de Actores Cinematográficos al mejor actor.
