Se queja el grupo religioso de la "marginación y exclusión" de ciertas figuras políticas e islámicas en la formación del Ejecutivo.
AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- Apenas un día después de que se nombrara al próximo Gobierno interino de Irak, el partido shiita más grande del país expresó ayer sus dudas sobre el procedimiento que se utilizó para las 33 designaciones.
El Consejo Supremo de la Revolución Islámica (CSRI) manifestó sus reservas sobre los “mecanismos de diálogo” que hubo para seleccionar el Gabinete y se quejó de la “marginalización y exclusión” de ciertas figuras políticas e islámicas en ese proceso.
El CSRI no dio más detalles, pero sus críticas parecían denunciar que los estadounidenses impusieron unos métodos de selección para que saliera un Gabinete que no fuera hostil a las políticas norteamericanas.
El enviado especial de las Naciones Unidas a Irak, Lajdar Brahimi, quien ayudó a escoger el Gabinete, pidió a los iraquíes que acepten el nuevo Gobierno -que asumirá el poder el 30 de junio- y que lo apoyen en la organización las elecciones generales pautadas para enero.
Brahimi reconoció que Estados Unidos tuvo una influencia considerable en la selección a través del Gobierno provisional que impuso en Irak tras la ocupación y de su administrador principal, el estadounidense L. Paul Bremer.
“Nada pasa en Irak sin su consentimiento”, dijo Brahimi ante reporteros. Indicó que puede que el nuevo Gobierno no sea perfecto, pero dadas las circunstancias en el país, es el mejor. “¿Estará todo iraquí satisfecho con el Gobierno? Definitivamente no”, señaló el embajador, ex canciller de Argelia.
El CSRI ha exigido que al consejo de consulta que se conformaría el mes próximo y que supervisaría al nuevo Gobierno, reciba derechos legislativos y que absorba aquellos derechos que no les fueron otorgados al Gabinete. Brahimi dijo que el consejo será algo más que un organismo de consulta, pero que tampoco será una legislatura.
Por su parte, según diversos analistas, el nuevo Gobierno iraquí es un Ejecutivo de desconfianza mutua entre los propios políticos iraquíes y entre Naciones Unidas y la Administración de Bush. Como ha declarado a The New York Times un diplomático de la ONU, “es una charada”. “El problema es que se necesita una charada para que sea realidad un Gobierno elegido el próximo enero”, fecha prevista para las elecciones.
El nuevo Gobierno ha acabado de un plumazo con los 14 meses del Consejo iraquí, lastrados por su falta de legitimidad y credibilidad. Cuando se formó, en julio de 2003, la situación en el país no era tan insegura como ahora e Irak vivía una peculiar primavera política con el surgimiento diario de nuevos partidos. Pero la ambición tenía un límite. Colaborar con EU era arriesgar el futuro político. El Consejo nunca arraigó entre los iraquíes y el Ejecutivo actual puede tener el mismo pecado original. Once miembros del Consejo lo son también del nuevo Gobierno.
La Casa Blanca se apresuró ayer a asegurar que éste no era un Gobierno “títere”, pero parece evidente que a Brahimi le han puesto ante un hecho consumado: quiso un Gobierno de tecnócratas y se encuentra uno de políticos; pretendió que el viejo liberal Adnan Pachachi fuese presidente y el elegido fue el jefe tribal suní Ghazi al Yawar. Algunos analistas hacen una lectura más positiva destacando la recuperación de la influencia política de los suníes y la forja de una alianza entre los jefes tribales y antiguos gobernadores de provincias como los nuevos ministros de Defensa e Interior.
Indiferencia ciudadana
Los árabes, que observaron con ansiedad e indignación la guerra en Irak y, expresaron reiteradamente preocupación por los efectos de la postguerra en la región, se mostraron indiferentes ayer ante el nombramiento de un Gobierno interino que reemplazará a la Autoridad Provisional de Coalición.
Aunque los gobernantes de Egipto, Arabia Saudí, Jordania y otros enviaron sus felicitaciones al nuevo presidente Ghazi al Yawer y el resto del nuevo Gobierno, los diarios y analistas mostraron escaso interés o bien se burlaron del proceso previo a las designaciones, calificándolas de un teatro.
“Es muy vergonzoso que la presidencia de una gran república árabe se convierta en una parodia que se parece más a un remate o una presentación dolorosa”, escribió el columnista Battir Wardam en el diario Ad-Dustour, el segundo de Jordania.
También hubo algunos mensajes fuertes dirigidos al nuevo liderazgo en unos cuantos sitios de la Internet, conocidos por sus avisos de musulmanes radicales.
“Esperen a que sea liquidado el agente Yawer de Gran Bretaña y Estados Unidos”, decía uno.
MOSAICO ÉTNICO
El Ejecutivo de transición aprobado el pasado martes reúne a buena parte del mosaico étnico y religioso que es Irak, estos son los principales responsables del nuevo Gobierno:
*Vicepresidente: Ibrahim al Jafari. Médico shii. Representante de Al Dawa, el partido islamista más antiguo del país. Exiliado en Irán y Londres.
*Vicepresidente: Rowsch Shaways. Miembro del Partido Democrático de Kurdistán (PDK). Ingeniero educado en Alemania. Fue primer ministro de la autonomía kurda al norte del país en los años noventa.
*Viceprimerministro para la Seguridad Nacional: Barham Saleh. Ingeniero formado en el Reino Unido. Uno de los líderes de la Unión Patriótica de Kurdistán.
*Ministro de Exteriores: Hoshyar Zebari. Ocupaba desde septiembre el mismo cargo en el Consejo. Formado en Jordania y Reino Unido. Miembro del PDK.
*Ministro de Finanzas: Abdel Mahdi. Shii. Miembro del Consejo Supremo para la Revolución Iraquí. Encarcelado, torturado y sentenciado a muerte en los sesenta. Exilado en Francia.
*Ministro de Defensa: Hazem Shalam. Tras volver del exilio en el Reino Unido fue nombrado gobernador de la provincia sureña de Diwaniya. Economista.
*Ministro de Petróleo: Thamir Ghadban. Director de Planificación del mismo ministerio bajo Saddam. Formado en Inglaterra.
*Ministro del Interior: Falah al Naquib. Suní. Miembro del Movimiento Nacional Iraquí, escisión del partido de Chalabi. Estudió ingeniería en EU. Nombrado a su vuelta del exilio gobernador de la provincia de Salaheddin, que incluye Tikrit, patria chica de Saddam.