En el legendario Santo Domingo
Santo Domingo, capital de la bella isla de la República Dominicana, fue el primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo, y también el lugar donde se estableció el primer gobierno colonial y el primer arzobispado.
Es también donde se encuentran las primeras obras arquitectónicas prehispánicas, la primera fortaleza de piedra, la primera catedral, la primera universidad, el primer monasterio y el primer hospital.
Es por ello que, cuando el rey de España Juan Carlos I hizo la primera visita de un monarca español para conocer sus dominios allende el mar, el primer punto que tocó fue Santo Domingo.
Pocos saben, por ejemplo, que Diego Colón, hijo del descubridor de América, fue gobernador de la isla, cargo que le fue otorgado después de peticiones y ruegos que hizo para que le concedieran los honores que se le negaron a su padre. Diego Colón fue un gobernador mediocre, dado al lucimiento personal. Fue gobernador durante dos periodos, en los cuales la población de Santo Domingo creció, se extendió a las islas cercanas, y se inició la construcción de la catedral.
Santo Domingo es una ciudad con una larga y aterradora historia de huracanes y terremotos, invasión y guarida de piratas, fuerzas invasoras tanto francesas como haitianas, y varias luchas internas. Por eso es que muestra con orgullo todas sus viejas construcciones, que han sobrevivido a esas épocas difíciles y turbulentas.
Las viejas construcciones, murallas, fortificaciones y edificios antiguos son tan importantes para Santo Domingo, que el presidente Joaquín Balaguer dispuso su preservación y restauración pues no sólo encierran la historia de la capital dominicana, sino que son una muestra del más puro arte colonial y un gran atractivo turístico.
Para aumentar su riqueza histórica y turística, las autoridades de la ciudad han restaurado también viejos mapas y fotos, planos y dibujos que muestran a los visitantes y a los estudiosos toda la riqueza arquitectónica que tiene.
Al turista que se interesa por conocer bien la parte vieja de Santo Domingo se le recomienda recorrer las murallas almenadas y los terrenos de la fortaleza del puerto, desde donde hay una vista impresionante del Caribe. Otro atractivo, la Torre del Homenaje, de piedra roja, construida entre 1503 y 1505.
A la salida del fuerte, el visitante se encuentra en la Calle de las Damas, primera avenida trazada en Santo Domingo en 1502.
Más adelante está la Casa de Bastidas. Su dueño, el sevillano Rodrigo de Bastidas, fue un audaz dueño de barcos, quien exploró la costa norte de América del Sur antes de establecerse y dedicarse también al tráfico de esclavos.
Entre las obras que dejó Diego Colón, hijo del descubridor de América, está el Alcázar llamado de Colón, restaurado hace poco y donde vivió con grandes lujos el hijo del gran navegante.
También la Puerta del Conde, situado en el muro occidental de la vieja ciudad, y del más puro estilo colonial.
Sobre la cumbre de la colina, sobre la calle Emiliano, se encuentran las pintorescas ruinas del monasterio de San Francisco, construido por los frailes que acompañaron a Colón en su segundo viaje, y en la citada calle de Emiliano está la llamada casa del Cordón, por el alto relieve en piedra hecho de un pedazo del cordón de la orden franciscana que enmarca la entrada.
Santo Domingo tiene otros muchos atractivos, que hacen de la pintoresca capital dominicana un conjunto de edificios y fortificaciones antiguos y modernos, y que lo convierten en una de las capitales antillanas más visitadas y recordadas.