Lo sostengo: Jaime Maussan tiene todo para ser nuestro presidente. Con su respetable barba blanca y su elocuencia a toda prueba, ha demostrado que es perfectamente capaz de sostener los cuentos más descabellados dándoles todo el peso y el dramatismo de una verdad revelada. Lo vemos haciendo apologías de videos de octava categoría que registran vajillas con foquitos y extraterrestres de hule espuma sometidos a autopsias caseras (válgame, hasta ?El Piporro? tenía más dignidad en los efectos especiales de sus películas). El señor es una joya: descifra códigos arcanos, descubre gigantescas letras hebreas en el Popocatéptl y declara que todos los viajeros interestelares son chaparritos, ojones y hablan medio raro (lo cual confirma el origen extraterrestre de Martita Sahagún). Maussan miente con soltura, con ganas, entusiasmo y vehemencia, embauca con pasión, asusta con profecías catastrofistas y al mismo tiempo sostiene que las cosas van a salir bien y que de hecho estamos en la antesala de un despertar espiritual de tintes cósmicos. Por todo esto Maussan es el sueño guajiro de cualquier partido con aspiraciones presidenciales.
Y recién pasado el 12 de diciembre viene a mi mente uno de los momentos estelares de Maussan: la historia de los ojos de la Virgen. La teoría de que en los ojos de la Guadalupana se encierran escenas de la historia de Juan Diego es seriamente cuestionada por dos factores: el origen humano de la tilma (los pigmentos y el lino son perfectamente terrestres) y las incongruencias históricas alrededor del mito Guadalupano (recomiendo leer el libro de Rius sobre el tema). Las imprecisiones en torno a la historia de Juan Diego son tales que poco antes de su canonización el ex abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulemburg declaró que ?no se puede comprobar la existencia de un personaje llamado Juan Diego (?) la Santa Sede quedaría en ridículo si se canonizara a una persona antes de que quede clara su existencia y menos su santidad?. Así pues, el indio San Juan Diego y la tilma con la Guadalupana se debaten entre serios cuestionamientos lanzados por la comunidad académica y declaraciones de timadores al estilo Maussan que siguen encontrando escenarios, hombres barbados y mujeres gritando en las manchas que forman los ojos de la virgen (digo, gente como Maussan es capaz de encontrar un mensaje extraterrestre en las pecas de Harry Potter).
Los interesados en conocer la verdadera historia deben comenzar por mandar al demonio a los mentirosos y prestar atención a estudios y analistas más serios. Y más aún, verdadera o no, la imagen del Tepeyac contiene una riqueza simbólica extraordinaria, una fuerza tal que reúne a millones en torno suyo. Aquí es donde debemos desprendernos de la bata científica y entrar en los terrenos de los historiadores, filósofos y poetas para tratar de descerrajar, comprender y aprehender el influjo de esta imagen capaz de sacar lo mejor y aliviar lo peor de las personas. La Virgen Guadalupana, en este sentido, permanecerá suspendida en un misterio luminoso.
Parpadeo final
Y ahora que lo pienso, me cae que Martita y Fox son extraterrestres? cuando hablan de México parece que están describiendo otro planeta. Y digo, nomás véanles la pinta? ¡un mundo nos vigila!
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