El martes se inauguró en la Casa del Cerro la exposición Nazas, que reúne pinturas, esculturas e instalaciones de 25 artistas coahuilenses. He de suponer que buscaban ser incluyentes, pues la muestra abarca a creadores de distintas generaciones y tendencias estilísticas. Desconozco los criterios de selección pero está claro que la calidad no figuraba entre ellos: hay bueno, malo, peor e innombrable. Si en el ánimo de ensamblar un escaparate con tan variadas propuestas, se encierra la intención de ofrecer un panorama del arte coahuilense, pues resulta un flaco favor para el Estado.
La abrumadora mayoría de los expositores se inclina por propuestas figurativas y abstracciones románticas. Salvo un par de excepciones, diría que Nazas es una muestra eminentemente amateur. No me cabe duda que hay muy buenas intenciones por parte de los autores, el amateur es, como su nombre lo indica quien ama su actividad, pero no se llega a ejercer como artista únicamente con pasión y entusiasmo.
Oriento este comentario hacia la compulsión general de los artistas por poetizarlo todo. OK, todos queremos que nuestros cuadros o esculturas realizadas con tanto esmero contengan un hálito de alma, un pedazo de corazón. Y hay un amplio segmento del público que espera justo esto de un artista y demanda dosis masivas de azúcar que le ayuden a paliar su incomprensión y falta de información. Hay palabras que se antojan incuestionables: ?amor?, ?soledad?, ?belleza?, ?melancolía? y anexas. Basta incluirlas en el título de una obra para que se cierre un contrato perfecto: el autor se pone sentimental y el espectador derrama una lágrima por tan sublime obra. Ambos están satisfechos.
Tal vez sólo sea cuestión de ubicarse un artista conceptual o experimental no tiene la obligación de ser un dibujante o colorista excelso, pero sí debe estar al tanto de las corrientes que imperan en el mundo del arte. Su oficio es el procesamiento de información. Si como la mayoría de los artistas de la exposición Nazas, el objetivo es representar elementos de la realidad, se puede empezar por unas clases de dibujo, para abrir boca y seguir con teoría del color, uso de los materiales, historia del arte?
No estoy predicando, de hecho es algo bastante simple. Un mal cuadro con título rimbombante es como una dama muy entradita en kilos que se pasea por la playa, desparramándose a cada paso, pero eso sí, con la coquetería y el salero de una top model.
En el arte y la playa hay que ejercitar un poco y pensarla antes de sacar las vergüenzas al sol. Aunque si la mala calidad parte de un acto consciente, entonces nos metemos en otro planteamiento estético. Pero está claro que gran parte de los artistas en Nazas buscan la belleza pero ésta de plano no sale, pues es una sustancia huidiza que demanda un largo y complicado cortejo que no sé si estos artistas estarían dispuestos a asumir.
Sugiero comenzar derribando la melosa muralla de la sensiblería para entrar en los espinosos vericuetos de la sensibilidad. Nomás es una idea.
Parpadeo final
Pero no es nada personal con los artistas coahuilenses. Justo en este momento pego un brinco de volada para asistir a la premiación del salón de la gráfica y originales sobre papel de la organización regia Arte A. C., donde parece que Torreón se llevó el carro completo. Pero eso lo reseñaré el próximo jueves. Por lo pronto, parto sin dolor?
Comentarios a la nuevamente rijosa columna:
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