Los lonches se quedaron en las puertas del Teatro Ricardo Castro, custodiados por edecanes y coordinadores de los contingentes populares. Se trataba de respetar el recinto cultural decretado oficial para celebrar el VI Informe de Gobierno de Ángel Sergio Guerrero Mier.
El rito político que daba pauta a clausurar un sexenio estaba en su apogeo, las comisiones de colonias y fraccionamientos habían abarrotado la planta alta del Teatro Ricardo Castro. Abajo estaba la gente de traje y de vestidos impecables, principalmente funcionarios, colaboradores del gabinete, invitados especiales y las parejas de los políticos.
Las críticas adversas expresadas por las representaciones legislativas del PAN y PT fueron abucheadas; los pronunciamientos del Partido Revolucionario Institucional, ovacionados. Y para variar no faltaron las expresiones estruendosas de Guillermina ?la porrista de cabecera en los actos oficiales-.
El rito de fin de sexenio es así ?dicen los invitados y políticos-, mientras que el gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier y la señora Margarita García eran asediados, todos querían abrazarlos. La Presidenta del DIF recibía infinidad de besos y apretones de mano.
Los lonches seguían resguardados. Los niños aprovechaban los brincolines gratis instalados en la parte posterior del teatro y permanecían totalmente ajenos al rito de fin de sexenio.
Sólo un panista acudió de invitado: el senador Rómulo Campuzano, la totalidad de los asistentes era gente identificada con el PRI y con los organismos empresariales que mantuvieron una relación cercana con el Gobierno del Estado.
Los reporteros de la fuente gubernamental fueron privilegiados: escucharon el informe en el vestíbulo del teatro, fueron atendidos con canapés, bebidas de refrescos y hasta café. Los comunicadores pudieron fumar hasta que quisieron.
Guerrero Mier y Margarita salieron ovacionados y abrazados por infinidad de personas. Cruzaron el vestíbulo del recinto decretado oficial y se dirigieron a pie hasta el Palacio de Gobierno. Los legisladores Juan Carlos Gutiérrez y Lilia Velia Carranza cumplieron con su crítica, pese al escarnio de la militancia priista.
Al término del acto, las señoras y niños recogieron su lonche -un jugo pequeño, una manzana y un pastelillo- . A las 14:30 los activistas de los seccionales del Partido Revolucionario Institucional buscan el regreso a sus casas. Una veintena de camiones los esperaban para transportarlos. (Información de Luciano Valenzuela García | EL SIGLO DE DURANGO)