Torreón, Coah.- Veintisiete años después de haber iniciado el ejercicio de la Medicina, Sara Tapia Rodríguez reflexiona que los doctores no sólo resuelven los dolores del cuerpo, sino también los del alma.
En el desarrollo de toda una vida como mujer profesional, el apoyo de su familia (madre, hermana y esposo) resultan invaluables.
Sara Tapia Rodríguez es egresada de la generación número 13 de la Facultad de Medicina, en 1974; desde el primer año de estudios fue contratada en la institución como auxiliar universal de oficinas, pues los recursos no alcanzaban para que ella continuara estudiando sin tener que desempeñar alguna labor.
Ese tiempo también lo aprovechó para estudiar a la vez, la carrera de Economía.
Después de haber hecho la residencia en Medicina Familiar, Sara Tapia se incorporó de manera inmediata al área de Urgencias del Hospital General de Zona Número 16 del IMSS, un área que ella misma define como caótica pero en la que supo desempeñar la profesión.
“En realidad me gustó mucho porque te das cuenta que resuelves los dolores del cuerpo y también los del alma... en ocasiones cuando llega toda una familia accidentada, sabes que debes atenderlos a todos pero no sabes a quién hacerle caso primero”.
Dentro de su experiencia, está el haber contribuido a la formación de unas 30 generaciones, 15 a través de los cursos de especialización que impartía como jefa de Enseñanza en el Hospital número 18 y en el Centro Médico Nacional Siglo 21 de la ciudad de México, donde se desempeñó como profesora adjunta de 1983 a 1993.
Refiere que una de sus mejores aportaciones a los estudiantes es el hecho de entregarse como médicos en cuerpo y alma, en tanto que una de las satisfacciones más grandes era ver que éstos acudían a las sesiones “por convicción, y no únicamente porque pasaría lista”.
“Yo traté de formar a todas esas generaciones en el aspecto humano, y ahora me enorgullece saber que algunos de mis alumnos son autoridades en el Centro Médico Siglo 21”.
Considera que cultivar a las personas es su propósito, de manera que ahora dedicará parte de su tiempo a brindar asesorías de terapia familiar, cuya maestría cursó en la Universidad Iberoamericana hace algún tiempo y la desarrollará en unión con su hija, quien acaba de egresar de Psiquiatría.
Además, espera continuar colaborando en el Hospital 66 del IMSS por medio tiempo, para apoyar a la directora de la institución, Ofelia Sandoval, a quien considera su amiga y su hermana.
ALIVIO
“La gente encuentra en uno, como médico, alivio a los dolores del cuerpo y también los del alma”.
Sara Tapia Rodríguez, Doctora
