EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Desde hace un año Fernando terminó la secundaria y tomó una decisión que afectará el resto de su vida: no volver a estudiar.
A sus 16 años, este joven sampetrino vende nieve de limón y mango en la plaza, tiene un año en este negocio y aunque le parece aburrido, disfruta de saber que con ello ayuda a su papá, quien le ha insistido una y otra vez para que entre a la preparatoria o estudie una carrera técnica, pues además es el hijo mayor y ejemplo de sus hermanos, pero Fernando rechaza tajante regresar a un recinto educativo.
No tiene un plan de trabajo, no tiene una estrategia de cómo vivirá los próximos años, no sabe qué hará de su existencia y no le interesa, no ha pensado en ello, pues se siente joven y cree que todo vendrá después.
Éste es el primer trabajo que ha desempeñado Fernando, pero está decidido a que no será el último, pues aunque llega a vender hasta 60 vasitos de nieve al día, no le satisface esta labor. Su sueño es ser futbolista, nada le atrae tanto como este deporte, que practica con frecuencia con los chicos de su cuadra.
Cuando este adolescente aún estudiaba, sus maestros de matemáticas le decían que tenía aptitudes para los números, pero era muy travieso y esto le costó múltiples regaños por parte de las autoridades educativas, así como de uno de sus profesores de asignatura, que lo reprendía tan seguido, al punto de que Fernando decidió dejar la escuela.
“Nos regañaba por todo, nunca me ha gustado que me regañen y menos de esa manera, yo creo que a nadie le gusta”, dice el muchacho, mientras atiende a otro joven mayor que él, quien le ofrece un cigarro, pero Fernando lo rechaza.
“Siempre me ofrecen de todo: cigarros, alcohol, drogas, en la escuela a cada rato, unas cinco veces en la secundaria, pero nunca acepto nada de eso, no me llama la atención”, agrega.
Aunque es muy joven, cuenta con muchas experiencias sobre muchachos que le han ofrecido que pruebe alguna droga, sus mismos amigos, pero siempre lo ha rechazado, pues su principal interés es el deporte, lo que lo ha mantenido sano y lejos de estos vicios.
“El principal problema de San Pedro son las drogas, donde quiera las consigues, en la calle a cada rato las ofrecen”, continúa el adolescente, “y no todos dicen que no”.
Y mientras pasa el tiempo, Fernando permanece en el centro de la plaza vendiendo su nieve, sin preocuparse por lo que vendrá, sin pensar a futuro, sin planificar su vida, sino simplemente sobreviviendo al momento y preguntándose a sí mismo: “¿dónde quedamos que sería el juego de hoy”?
