EL SIGLO DE TORREÓN
El alcoholismo se apoderó de Arcadio Guzmán Escobedo, pero hoy se está rehabilitando
MATAMOROS, COAH.- El alcoholismo se apoderó de él. Durante días dejaba de estudiar para beber en compañía de sus amigos. Sus estudios se truncaron al tiempo en que aprovechaba para embriagarse. Hoy, mantiene la esperanza de que ninguno de sus hijos caiga en su error, aunque no se rehabilita al 100 por ciento, ya no deja de ir a su casa.
Él es Arcadio Guzmán Escobedo. Tiene 50 años de edad y desde hace 30 años vende barbacoa por kilos en el mercado Hidalgo de la ciudad de Matamoros, Coahuila. Arcadio presentó un examen de admisión para ingresar a la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) en Saltillo.
Su permanencia en ella fue pasajera; sólo pudo llegar al tercer año de cinco que constaba la carrera. En lugar de que sus manos sostuvieran un libro y que su mente se enfocara a los estudios, tomaba una botella de vino o cerveza y olvidaba cualquier responsabilidad escolar.
Tan sencillo y rápido perdió la oportunidad de tener un título profesional. Además, por poco pierde a su familia: duraba cuatro o cinco días sin llegar a su hogar, con la preocupación constante de sus hijos y esposa. Pero fueron sus familiares quienes le ayudaron a salir adelante luego de una enfermedad.
Un médico de la localidad le diagnosticó una hernia en la ingle. Sus dolores fueron tantos que le recomendó bajar de 20 a 30 kilogramos; al poco tiempo Arcadio lo logró, pero sufrió de algunas molestias que le impidieron seguir trabajando.
Desde los 20 años Arcadio vende barbacoa. Luego de regresar de la capital del Estado de Coahuila, tras su fracaso, volvió a vender este producto cárnico. Después de una recuperación, Arcadio vuelve al mercado, pero ya no en el mismo lugar.
En la actualidad, este personaje intenta a través de su imagen poner un ejemplo a sus hijos para que nunca se conviertan en presos del alcohol, porque los perjuicios son mayores que los beneficios.
?Yo les digo mucho a mis hijos que no tomen porque es malo. Yo no iba a mi casa por días, dejé la escuela. Me arrepiento mucho. Ellos sí están estudiando y la verdad es que yo sigo tomando pero no como antes.
?Hoy me tomo una o dos caguamas cada domingo porque el resto de mi dinero se lo doy a mis hijos para la escuela. En estos tiempos el que no estudia o hace algo bueno, no sirve para nada y el estudio es fundamental?.
Arcadio cree que la vida le dio otra oportunidad y que Dios quiere ?hacerme pagar las que debo?. Afirma que la mayoría de sus amigos de parranda ya murieron a causa del alcohol. Su permanencia en este mundo la considera divina.