EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Los últimos cuatro años de su vida asemejan una vieja serie mexicana televisiva en donde un padre educa a sus hijos sin el apoyo de su madre. Así es la actual situación de Jaime Contreras Rosales de 37 años de edad, originario de Bermejillo, Durango.
Jaime no sabe dónde está su esposa. Un día sin avisar ni dejar algún documento, su cónyuge partió sin rumbo conocido. La familia de ella dice a Jaime que nada sabe de su hija, pero él está seguro que sí, pues los ve muy contentos.
“No me dicen nada. También ellos están igual que yo, al menos eso quiero pensar, pero para mí que sí saben algo porque yo los veo muy bien, contentos. Nunca tuvimos algún problema que ocasionara la determinación de irse sin más ni menos”.
Mantener, educar, alimentar y vestir a tres hijos no es nada fácil. Dos de ellas son unas jovencitas de 15 años y la otra una niña de diez. Los varones son con los que más “batalla” Jaime, siempre están peleando, dice.
Desde pequeño, a Jaime lo enseñó su padre a trabajar. Él le dijo cómo hacerlo y le gustó. Es por eso que desde hace más de 20 años, Jaime vende desde duros, elotes, nieve y demás productos. La temporada indica el tipo de alimento que atraerá más a la clientela.
Hoy vende nieve. El verano está a punto de terminarse y la opción más viable será la de ofrecer elotes calientes con crema, queso, mantequilla, limón y sal así como duros con salsa, bastante de ésta. Pero la preocupación más grande de Jaime es alimentar a sus hijos.
El recuerdo de su esposa siempre está presente. La separación de la mujer amada, provocó en Jaime una de las situaciones más difíciles que le ha tocado vivir. Es doloroso y triste, dice. Sin embargo, su ánimo no decae.
Durante los años que Jaime se ha dedicado a vender, la plaza principal de San Pedro es su punto de partida. Con su triciclo y sus dos garrafas llega desde la mañana. Bajo la sombra de grandes árboles se planta a esperar a los clientes.
De inmediato busca un lugar donde sentarse. Las bancas hechas de piedra representan un buen descanso. Platica que los deportes que le gustan son el futbol y el beisbol, pero admite que prefiere mirarlos por la televisión.
Santista de corazón por el lado del balompié y por el otro tigrista de los capitalinos. No le gusta ir al estadio Revolución de Torreón porque dice que siempre está solo. Aunque es de Durango, asegura ser más de la parte de La Laguna de Coahuila.
