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CRÓNICA URBANA | Hoy usa sus puños para hacer cosquillas a sus bisnietos

FABIOLA PÉREZ-CANEDO HERRERA

EL SIGLO DE TORREÓN

MATAMOROS, COAH.- Jorge Valverde Escobedo cumplió 70 años el pasado mes de abril. Sus puños, entrenados para noquear, hoy hacen cosquillas y caricias a sus bisnietos.

En 1950 se inició como boxeador. Solía asistir a las peleas como espectador, hasta que en una ocasión en que faltaba un participante, le propusieron que subiera a cambio de dos pesos. Sin meditarlo, entró al ring y noqueó a su contrincante, por lo que pronto fue solicitado en contiendas “de botana” y finalmente, lo programaron.

Desde entonces el box es su vida, dice que lo lleva en la sangre, que no puede dejarlo, pues es su mayor pasión. De carácter sencillo y humilde, este señor fue protagonista de 73 peleas y ha dedicado la mayor parte de sus años al deporte boxístico.

“El box es una chulada, es un deporte que ha ido avanzando mucho con la tecnología”, señala, “yo entrenaba en corralones de tierra y piedra, ahora ya todo es más sofisticado”.

Sin ningún tipo de remuneración económica, el “Pajarito” Valverde entrena a un grupo de 18 jóvenes matamorenses que quieren convertirse en boxeadores profesionales. Su fama como instructor ha trascendido, al punto que fue guía de Marcos Rubio, el “Veneno”.

No aparenta pertenecer a la generación del 34, pues tiene un cuerpo fuerte y sano, quizá por el hecho de que no ha descuidado en ningún momento su buena alimentación, además de la ausencia de vicios en su vida, pues no fuma ni ingiere alcohol.

“No me hace falta, tengo todo lo que quiero en la vida”, comenta, “toda mi familia me quiere y la gente de Matamoros también, no necesito nada más”.

Su fuente de ingresos son los marranos, también tiene una pensión por parte de la Secretaría de Educación Pública, pues laboraba como intendente en una escuela. Tenía hasta tercero de primaria cuando empezó a trabajar en el recinto educativo. La insistencia de sus hijas lo impulsó a terminar la educación básica.

Los muchachos tocan a su puerta en busca de apoyo y consejos para mejorar su desempeño. Es padre de nueve hijos, todos los varones han seguido sus pasos y fueron boxeadores, ganadores de medallas de oro y plata en competencias a nivel nacional.

Las historias fluyen una tras otra. El “Pajarito” tiene miles de anécdotas sobre su vida en el boxeo, millones de consejos. Sus nietos también boxean. Se acerca un niño que apenas rebasa el año de edad. No puede todavía caminar, pero cuando su abuelo le dice “box, mijo, boxee”, el pequeño corre, como puede, hacia el enorme saco de arena y le da golpecitos.

El apodo le viene de familia, pues eran los “pájaros” y por ser el más joven, le tocó ser el “pajarito”, sobrenombre que lo acompañaría a lo largo de su trayectoria deportiva. Admite que su familia es su mayor orgullo y felicidad. En la casa abundan los niños, cuenta que tiene unos 18 nietos y cinco bisnietos. Los pequeños lo enloquecen.

En un ropero guardaba todos los artículos de periódicos y revistas donde lo mencionaban, pero los dejó 11 años en que cambió de residencia y cuando regresó, se dio cuenta de que el mueble se había goteado y perdió cada uno de sus recuerdos. Recientemente, algunas personas le han llevado recortes y fotografías, con los que nuevamente inició su colección.

“Gozo de buena salud, tengo una familia unida, cuento con la admiración de muchas personas, soy feliz”, expresa el agradecido bisabuelo, “estoy muy... completo”.

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