EL SIGLO DE TORREÓN
María vende semillas y golosinas afuera de la presidencia municipal.
TORREON, COAH.- María Concepción Torres Martínez a sus 38 años, piensa que es mejor ser su propio jefe. Luego de la explotación laboral a la que fue objeto, decidió vender semillas, dulces y cigarros a fuera de la presidencia municipal.
Aunque ignoraba que el martes fue el Día Internacional de la Mujer, ella luego de meditar un poco, dice que aún falta mucho por hacer, dado que muchas mujeres en el mundo todavía son maltratadas y mortificadas.
Ella nunca se casó y se quedó a cargo de María de la Luz de 70 años, quien es su progenitora. Como la anciana está enferma y padece de una enorme úlcera en una de sus piernas, requiere de medicamentos muy costosos.
Trabajó como ayudante de una taquería donde laboraba de sol a sombra. Su jefe la humillaba mucho y constantemente le decía que no le fuera a robar. Lo pregonaba a los cuatro vientos. Fue cuando en su interior surgió la dignidad y la fuerza para dejar ese trabajo, donde fue tratada peor que “un delincuente”.
Luego de vencer la pena y decidida a ser su propia patrona, compró una gran canasta que llenó de bolsitas de semillas, gomitas, chicles, pastillas de menta, mazapanes, cigarros y cerillos que desde hace tres años ofrece a su clientela afuera de la presidencia municipal
A la sombra de un frondoso árbol todos los días atiende a los consumidores. Hay días buenos, hay días malos, comenta. Pero del poco o mucho dinero que saca de su vendimia compra su despensa y los medicamentos a su madre.
De los principios que debe adoptar todo vendedor, está el buen trato a sus clientes. Eso lo ha venido experimentando. Cuando ha sido cordial y amable, se ha percatado que indudablemente el cliente de ayer será el cliente del mañana.
Otra regla es la de surtir sus productos. A los compradores no les gusta llegar y no encontrar lo que buscan. “Por eso siempre tengo de todo y nunca les quedo mal”.
El aspecto que más le gusta de su trabajo es que conoce a mucha gente de la que ha aprendido mucho. “Uno así crece, por eso también es bueno para mí esta actividad, la que además me da para sobrevivir”.
Considera que la mujer de hoy es más “brava”, aunque no menosprecia a las féminas de antaño. “Todos los tiempos han sido buenos para nosotras, sólo que antes estaban más dedicadas al hogar, ahora como que somos más independientes”.
Un día para todas
Cuando Guadalupe García Martínez enviudó, parecía que el mundo se le venía encima. Con siete hijos que mantener, su vida sí que fue dura.
Gracias a su esfuerzo los sacó adelante. Lavar y planchar ropa fue un trabajo digno, que aunque pesado, le permitió sacar a sus niños adelante.
Ella piensa que el Día Internacional de la Mujer fue instituido para dar valor no sólo a aquellas mujeres empresarias, profesionistas, académicas y deportistas que por su actividad han logrado un nombre en la sociedad.
“También ahí estamos las que realizamos trabajos de limpieza, que son pesados y que para muchos, son insignificantes...”.
