CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- No recuerda cuántos años tiene ni desde cuándo comenzó a laborar en la presidencia municipal, pero su figura en los pasillos es ya tradicional para los ciudadanos que visitan este lugar.
Osvaldo Macías Salas es el bolero “oficial” del Ayuntamiento y aunque admite que nunca ha lustrado los zapatos del alcalde, José Luis Marrufo Álvarez, ya ha boleado los de la mayoría de los empleados, en especial los jóvenes de la Tesorería, a quienes considera los más “arreglados”.
No tiene esposa ni hijos, pero vive con sus padres, que en ocasiones, dice, dependen de él. Su primer empleo fue como cargador, entre sus compañeros de labor le pusieron “Pachurris”. Todos en la presidencia le llaman así.
Cuando laboraba como cargador, lo encontró Lalo Salas, quien fue su entrenador por los siguientes años de su juventud, en que fue boxeador, de los buenos, aseguran los regidores priistas, hasta que sufrió un accidente automovilístico en la carretera, cuando venía del ejido Florida con rumbo a la cabecera municipal. Estuvo en coma los siguientes tres meses.
Ha olvidado lo que sucedió cuando despertó, pero su vida no volvió a ser la misma. Sin embargo, habla de ello sin problema, pues le reconforta saber que tiene un empleo y que se sirve solo para moverse y trabajar.
Muchos lo consideran loco, pero Osvaldo coordina sus ideas a la perfección. En cuestión de años no recuerda cifras, pero sabe cuáles empleados le deben o no dinero, pues en ocasiones les fía la boleada de los zapatos. Hasta 15 días pueden durar sin pagarle, sin que a “Pachurris” se le olvide.
A este bolero le ha tocado vivir situaciones diversas en la presidencia, desde manifestaciones masivas hasta que se quede atorada la puerta del baño de mujeres. La segunda cuestión era más crítica, pues las señoras se desesperaban hasta las lágrimas, mientras que en los plantones sólo aumentan de intensidad las consignas contra el Edil, que generalmente no quiere recibir a las personas.
Lo que más disfruta hacer es trabajar, por lo que de lunes a domingo se le encuentra en el Ayuntamiento. Dice que lo que más falta hace en Madero es empleo para todos, “que la demás gente pudiera laborar también”.