Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

Crónica Urbana | Sólo quiere que sus hijos estudien...

CUAUHTÉMOC TORRES ALVARADO

EL SIGLO DE TORREÓN

MATAMOROS, COAH.- Tiene 41 años como obrador. El 28 de julio de 2004 cumplirá 61 años de vida, la cual ha compartido con dos mujeres y siete hijos. Hoy su prioridad es que sus descendientes varones estudien hasta donde él no pudo llegar.

Víctor Ramírez López sólo estudió tres meses en primaria. En la actualidad vive con su segunda mujer, San Juana Olivares, con la cual tiene dos hijos. El mayor entrará a secundaría y el otro comenzará el quinto año de nivel básico.

A los 20 años, Víctor inició su vida productiva en las ladrilleras que se encuentran a la entrada de Matamoros. Todos los días que “hay chamba” llega a su lugar de trabajo y sólo se dedica a cocer y moldear ladrillos.

Sus recuerdos son frescos aún. Desde joven empezó en los obradores. No duró ni un año como peón, cuando ya era dueño de su propia ladrillera. 800 pesos a la semana, es la cantidad más alta que ha llegado a ganar.

El proceso de cómo realizar ladrillos no se le olvida y mucho menos cuando éste no deja de ser el mismo desde hace cuarenta años o más. Se excava la tierra del lugar y se compra una de color negro. Se mezclan, se amasan, moldean y se tienden. Se dejan que se oreen y al final se “atrincheran”.

Su principal preocupación es la familia. El suceso más doloroso en su vida: el divorcio, la separación de la mujer que amaba y de sus cinco hijas, las cuales tienen estudios técnicos que les permitieron incorporarse a la vida productiva del país.

“Yo creo que una separación es la situación más difícil en la vida, peor que una enfermedad porque vivimos 30 años juntos. Las causas nunca se saben, allí pueden encontrarse varias, pero en la actualidad estoy satisfecho con mi vida”.

Desde las ocho de la mañana llega Víctor a comenzar sus labores. Permanece allí casi todo el día. Cuando sabe que su estancia será de más de 12 horas, lleva comida para alimentarse en su lugar de trabajo.

Aunque sus conocimientos académicos son nulos, su aprendizaje vivencial le permite realizar operaciones básicas de un estudiante de matemáticas. Sabe sumar, restar, dividir y multiplicar. Aprendió a leer y escribir. Hoy, esta sabiduría le ayuda a cuantificar.

“En mi ladrillera yo tengo capacidad para realizar siete mil unidades de este material. Empleo casi 12 horas para llevar a cabo todo el proceso. Pero antes ésta era para 30 mil y se requerían de poco más de 24 horas para terminarlo”.

La intensidad de su esfuerzo físico en los obradores, como ellos les llaman, depende en gran medida del número de clientes que tengan y la actividad que éstos realicen diariamente. Si le piden más de 20 mil ladrillos, Víctor tiene que contratar a más gente y las ganancias son más, “así puedo darle estudios a mis hijos”.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 100426

elsiglo.mx