CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- León Godina tiene 83 años, le gusta mucho leer y escuchar las noticias, porque así se entera de los lugares más problemáticos en la ciudad y hasta dónde puede llegar en sus recorridos sin correr riesgos.
?Leo lo policíaco, porque así me entero de lo que pasa y me doy cuenta de dónde no me debo meter?, cuenta el señor, ?para cuidarme yo, que vivo y estoy aquí solo?.
En su juventud fue ejidatario en su ciudad natal, Zacatecas, pero emigró debido a la falta de empleo y recursos, pues asegura que ?es un pueblo muy pobre?.
Comenzó vendiendo quesos, se trasladaba a Torreón por medio del ferrocarril, pero cuando los trenes dejaron de llevar pasajeros, ya no le ?costeó? y optó por mudarse a La Laguna en busca de mejores oportunidades de empleo de las que podía conseguir en Zacatecas.
Desde hace 13 años, se dedica a la venta de paletas. Aunque en Zacatecas tiene tres hijos que ya trabajan y han hecho sus propias familias, León Godina prefiere continuar en Torreón y trabajar mientras su condición física se lo permita, pues no quiere ser ?una carga? para ellos.
Este señor nació el 11 de abril de 1921. No pudo estudiar ni siquiera el primer grado de la primaria por la falta de recursos económicos en su familia. Siendo apenas un niño, tuvo que comenzar a trabajar en la labor, ayudando a su padre para aportar un ingreso al hogar.
Sus hijos estudiaron hasta sexto de primaria, dice el anciano lamentándose, pues ?no pude darles más?. No se queja de su empleo como paletero, le alcanza para mantenerse y pagar su comida, renta y demás gastos.
Cuando tenía 14 años estuvo en un grupo de catecismo y pidió a su instructora que le enseñara a leer y escribir, lo que se ha convertido en uno de sus pasatiempos favoritos.
?Sé leer muy bien todo lo que sea letra de molde, manuscrita no la entiendo?, comenta el octagena-rio, ?me gusta mucho leer, aunque escribir no sé muy bien?.
La lectura es su gran compañera en esta ciudad donde no conoce a mucha gente ni tiene tiempo para disfrutar las amistades, ya que inicia su jornada a las ocho de la mañana y regresa a su casa después de las siete de la tarde.
?Toda mi vida he trabajado, por eso ahora no me puedo resignar nomás a que me mantengan, yo quiero ser independiente y mientras pueda, quiero seguir empleándome?, dice, ?he buscado trabajo ya en muchos lugares pero pues a mi edad ya no hay dónde, ya no le dan a uno la oportunidad, sólo aquí en las paletas?.
El anciano empuja su carrito de la colonia Moderna a la Escuela Secundaria Técnica número uno, donde los jóvenes estudiantes le compran sus paletas y le transmiten un poco de energía para continuar su labor día tras día.
Le importan mucho las noticias tanto locales como mundiales. Algunas personas le regalan sus periódicos, él los lee con gran interés aunque sean ediciones anteriores.
?No me siento solo, me la paso leyendo, a mis hijos los extraño pero sé que están bien?, insiste, ?cuando ya no tenga más remedio y no pueda seguir, me iré a vivir con alguno de ellos, entonces sí, pero no antes?.
León no se da por vencido y busca un lugar entre las personas económicamente productivas. Percibe el mundo dolido y en una mala situación en cuanto a economía, política, salud y todas las cuestiones posibles.
?Está muy duro, sabrá Dios más delante como se vaya a poner, a lo mejor empeora?, agrega, ?todo tan caro y las políticas tan feas?.
