CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- A sus 75 años, doña Cuquita se ve obligada a trasladarse a la Cruz Roja de Torreón para pedir limosna, pues su esposo está enfermo y lo que gana su hijo no alcanza para mantener a la familia.
Cuca Velázquez vive en un jacalito ubicado sobre la avenida Tercera de la colonia Ignacio Zaragoza, entre la calzada Lázaro Cárdenas y la Juan de la Cruz Borrego, en el municipio de Matamoros. No tiene muebles, ni pavimento, ni drenaje, mucho menos piso.
Todos los días camina ocho cuadras para tomar el camión que la llevará a Torreón. Comenta que se detiene en la Cruz Roja porque ahí ya todos la conocen y la orientan, pues ha perdido parte de su vista debido a las cataratas.
?No veo?, dice, ?nunca sé si voy a dar con el camino de regreso o si me voy a perder y ya no podré regresar, pero tengo que arriesgarme porque no tenemos nada?.
Hace unos meses la atropelló un carro, pero por su falta de visión, no pudo identificar el vehículo, mucho menos las placas o al conductor. Desde entonces tose sangre.
Su marido sufrió un derrame cerebral. Era jornalero y estaba acostumbrado a andar en la pizca, de un campo a otro, pero quedó inmovilizado y no puede pararse siquiera.
?Se desespera y me dice que lo levante para irse a trabajar, pero ¿yo cómo lo levanto? No puedo?, manifiesta doña Cuquita, ?siempre fue trabajador, ahorita por eso no sabe ni qué hacer en la casa sin moverse?.
Su hijo vende adobes, pero lo que gana no alcanza para los gastos que implica un par de ancianos enfermos, según relata la señora, por lo que ella ?sale al quite? y busca la ayuda en la ciudad vecina. Cuenta que fue en dos ocasiones a la presidencia municipal de Matamoros, pero no obtuvo ningún apoyo, ?ni siquiera un litro de aceite me quisieron dar?.
Cuquita disfruta mucho de platicar, dice que tiene 60 años de casada, pues a los 15 contrajo nupcias con su marido, que entonces tenía 30. Su cara se torna colorada y señala que fue ?por andar de volada?, pero agrega que, a pesar de que su situación actual es muy difícil, no se arrepiente de nada en su vida.