Su objetivo en la vida es el provocar sonrisas
EL SIGLO DE TORREÓN
“Pepito” lo mismo se desempeña de payaso y trapecista que de administrador.
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- José Meraz, “Pepito”, es payaso, trapecista, acróbata, administrador y representante de un circo. Prefiere no hablar de su vida privada, pero aprovecha cada cuestionamiento para hacer promoción del espectáculo frente a cualquier persona que se cruce a su paso.
Hace 40 años su padre fundó en Torreón el Hollywood International Circus y desde entonces las presentaciones no han faltado, quizá a ello se debe que Pepe sea tan extrovertido y alegre en su plática y que no deje de repetir que cuentan con los mejores actos dentro del show.
“Tenemos animales, osos, changos, luces, trapecistas, muchos acróbatas, es muy grande y tenemos muchísimas atracciones para toda la familia”, platica.
Su forma de vestir, sencilla y desordenada, describe a una persona con las huellas del trabajo en su vestimenta, lodo en sus botas, tierra en su pantalón, polvo en sus cabellos. Nada de esto parece importarle. Viene a Francisco I. Madero por cuestiones laborales, para pedir permiso en el Ayuntamiento de instalar su espectáculo en los próximos días.
“Cumplimos 40 años de aniversario, traemos gente de muchas partes del mundo, artistas interna-cionales, estuvimos el Hollywood on Ice, está muy completo”, continúa.
De origen torreonense, el intérprete del payaso Pepito comenta que estuvo casado y tiene hijos, pero se niega a dar más detalles al respecto. Dice que, además de que ha conocido muchísimas ciudades, ha convivido con distintas culturas, lo que siempre le ofrece un crecimiento extra como persona.
De complexión delgada y mediana estatura, Pepe aparenta menor edad a sus 35 años, tal vez porque no pierde el buen humor. Manifiesta que nunca vio que su padre tuviera problemas en cuanto al empuje del circo, a pesar de que comenzaron de abajo, “desde la nada”.
Pepe dice que tuvo una infancia feliz y divertida, llena de color y luz, abierta a regiones y personas de diversas nacionalidades, pues el espectáculo le ha permitido viajar por toda la República Mexicana y parte de Centroamérica, hasta Argentina.
“Acabamos de estar en la feria de Gómez Palacio, donde nos fue muy bien, nos trataron de manera estupenda, llenamos el lugar”, insiste.
Para el show deja su mezclilla y botas y se convierte en lo que sea necesario, de acuerdo con la orden del día. A ratos es el payaso Pepito, luego sube al trapecio, después unas piruetas arriesgando un tanto su vida y finalmente hay que hacer un recuento de toda la gente que asistió al evento.
Los días pasan normales en su vida, mientras por las noches entra al universo paralelo de la alegría y la fiesta, lo que siempre le devuelve las ganas de reír y divertir a los presentes.
