EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Hace unas semanas, Víctor Domínguez trabajaba en una empresa de bloques para construcción. Sin embargo, su percepción lo orilló a dejarlo. Asegura que sus jefes no valoraban los conocimientos que él adquirió en la escuela.
Víctor terminó el bachillerato en el Cebatis 196 de Matamoros. Se recibió de Técnico Programador y actualmente es bolero. Apenas tiene tres semanas en este oficio. Cada limpieza de calzado cuesta al cliente diez pesos, sin propina.
Su familia es pequeña pero los gastos no. Su esposa, Rosa Isela Cruz, dio a luz a Juan Alberto de tres años de edad. Los tres viven en el número 816 de la avenida Mejía de la colonia Rosalinda Ramírez Ezquivel.
Víctor sólo gana el salario mínimo en aquella empresa. Entre semana obtiene entre 40 y cincuenta pesos diarios en el puesto de bolero. Los fines de semana se incrementa la clientela y por supuesto, las ganancias.
Su labor la concluye entre las dos y tres de la tarde. De allí, Víctor regresa a su casa para comer y descansar un poco. Luego de esto, sus inquietudes no dejan de pedirle hacer lo que con gusto y placer desarrolla: la herrería.
Hoy, Víctor tiene en su hogar un pequeño taller de herrería al cual le tiene muchas esperanzas. Desafortunadamente, no cuenta con el dinero suficiente para “echarlo a jalar”. Necesita alrededor de diez mil pesos para poder levantarlo.
El oficio de bolero es sólo una efímera salida a sus problemas económicos. Lo que realmente desea Víctor, es establecer su taller con todas las herramientas necesarias para ofrecer sus servicios a la población matamorense.
“Lo que estoy haciendo ahora son trabajos allí con la gente de la barriada, no son grandes pero de allí saco más dinero para mi familia. Necesito que alguien me ayude a que pueda cumplir mi sueño, me dedico a hacer puertas, ventanas, barandales y demás”.
La inquietud no nació por sí sola. Sus antecesores fueron también parte importante en su desarrollo. Su padre fue tronero, otros familiares trabajaron de pintores y soldadores. Su meta es ser un herrero de los buenos.
Víctor duró seis meses en la empresa “blockera” pero anteriormente ya había trabajado allí. Tiene conocimientos de mecánica y otros más, pero lo único que le interesa es tener su taller, para darle a su familia lo que necesita.
