EL SIGLO DE TORREÓN
El frío sorprende a los pobladores de las casas de cartón de la colonia Ampliación Zaragoza.
TORREÓN, COAH.- Las cobijas son la salvación de las familias que viven en las casas de cartón de la colonia Ampliación Zaragoza -ubicada al oriente de la ciudad-, pero no son suficientes para menguar el frío que se deja sentir en la madrugada.
Es un sufrimiento la vida de los pobres, dice Alma Delia Luévanos de 22 años. Su vivienda se localiza en Lago del Oso marcada con el número 43. Está hecha de cartón tomado de unas cajas que le regalaron. “Es más calientito que el otro (cartón blanco), pero aún así mis pequeñas –una de cinco meses y otra de dos años-, siempre amanecen con la nariz fría”.
Cuando cae la tarde, las familias que situaron sus cuartos de cartón en este sector de la ciudad, no salen más a la calle, al menos que sea indispensable porque el frío “pega duro” a partir de las siete de la noche.
Adentro de los jacales la temperatura también es alta. El calor de la estufa cuando prepara los alimentos de sus hijas y esposo, logra apenas calentar el lugar. Cuando llega la hora de dormir, viste a sus niñas con más de dos prendas y al menos dos calcetas. Ella y su marido también se empalman de ropa.
Las familias que habitan ese asentamiento irregular, comentan que viven momentos muy difíciles. La pobreza extrema los ha obligado a tomar un terreno con la ilusión de algún día construir una casa propia, pese a todos los problemas que enfrentan.
Aunque el Municipio amenaza con sacarlos de ahí, piensan luchar para lograr su objetivo. Soledad Torres de 25 años, madre de dos pequeñas de uno y dos años, comenta que si bien es cierto el frío es tremendo, sobre todo entrada la madrugada, sólo es un elemento más de las calamidades que tienen que soportar.
“No solamente es el frío que cala hasta los huesos, es vivir también entre la tierra donde continuamen-te salen alacranes, arañas y todo tipo de bichos. Soportar el calor, la tierra, el hambre. Todo eso junto, sí que es pesado”, comenta.
Su piel sufre escoriaciones por la continua exposición de los rayos solares en la pasada temporada de calor, luego de algunos meses de su llegada a ese sector. Vivir en casas de cartón, es difícil en todas las épocas del año, afirma Soledad.
Así como salvaron el tiempo de calor, Soledad y Alma Delia están seguras que librarán este invierno. Ambas coinciden en decir que antes de llegar ahí, se imaginaban las calamidades que sufrirían, “por eso a rajarse a otro lado”, dice Alma Delia, quien extraña las comodidades que tenía en casa de sus padres antes de casarse: “pero así es la vida, hay que sufrir para merecer luego”.
Preocupación
Aparte del frío y del sufrimiento que significa vivir en casas de cartón, a los habitantes de la colonia Ampliación Zaragoza lo que más les preocupa es la situación de los terrenos en que se ubican sus humildes viviendas.
Como para ellos ha significado todo un vía crucis establecerse en ese sector, miran con recelo que la administración de Guillermo Anaya pretenda sacarlos del lugar.
“Tanto que hemos batallado, para que luego nos corran de aquí”, dice Érica Ríos Hernández, una joven madre de un niño de tres años. Aunque hasta el momento no han sido molestados, tiene conocimiento de que las autoridades municipales no están conformes con la invasión que hicieron de esos terrenos.
“Esperamos que nuestro Alcalde entienda que necesitamos de este lugar para vivir, ojalá que se decida y nos apoye para conseguir la legalización de estas tierras”, comenta.
