Es la población quien debe calificar el trabajo de los funcionarios y no el alcalde
Torreón, Coah.- Antonio Juan Marcos Villarreal, presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), dice que son los ciudadanos y no el Alcalde quienes deben evaluar el trabajo de los funcionarios públicos. Considera un insulto que se les premie con un mes de sueldo adicional, procedente de los recursos públicos.
En su opinión como empresario, la mayoría de los funcionarios del gobierno de Guillermo Anaya han realizado un buen trabajo, ya que son “gente con buen perfil, talento e iniciativa que han conformado un buen equipo, se merecen estímulos de esta naturaleza sin embargo, lo criticable es que sea a costa del erario’’.
Señala que muchos de lo que ahora son funcionarios públicos tienen sus empresas y saben que estos bonos de productividad, de estímulo o reconocimiento, como prefieran llamarlo, se otorga muy regularmente en la iniciativa privada y es precisamente con dineros procedentes de capital privado, pero la administración pública no es una gran empresa.
“Yo en mi empresa, afortunadamente tuve muy buenos resultados de manera que entregué bonos y reconocimientos que son precisamente eso, acicates para quienes se esforzaron durante todo el año’’.
Para el representante empresarial, no es válido el argumento de que el Alcalde entrega estos 800 mil pesos entre sus directores sólo porque quiere o dicho de otra manera, “ de acuerdo a las facultades que tiene en el ejercicio del presupuesto, lo que no es otra cosa que una salida elegante’’.
Se deben seguir sin embargo principios de calidad, de ética, de rendimiento y compromiso, porque ya van implícitos desde el momento en que aceptan una encomienda de esta naturaleza y por la que reciben sueldos muy decorosos.
“No hay razón para esgrimir que la práctica de entregar el bono se hacía en anteriores administraciones municipales, ya que “las comparaciones para bien o para mal, nunca son buenas y mucho menos justas porque no hay necesidad de hacerlo, cuando se tiene la convicción de lo que se hace’’, señala el empresario.
Dice además que Torreón tiene en estos momentos infinidad de carencias sobre todo dentro del nivel social y popular, en lo que podría haber ayudado de manera significativa invertirle el casi millón de pesos que se repartirá entre los funcionarios municipales.
Dinero merecido
“Sí no lo merecemos”, asegura el Secretario del Ayuntamiento, Alfonso Tafoya Aguilar, al referirse al “bono de compensación’’ equivalente a un mes de sueldo adicional que les autorizó el Alcalde.
Desde su perspectiva con esta gratificación o sin ella, es alentador, es un buen estímulo para el trabajo realizado por todos durante este año que está por terminar, el segundo del gobierno de Guillermo Anaya.
Según el Secretario del Ayuntamiento no hay inmoralidad al erogar la suma de entre 700 y 800 mil pesos, de ninguna manera es mal gastar recursos públicos pues “considero que hemos hecho un trabajo digno que no debe ofender a los ciudadanos, ni es el propósito que se sientan afectados’’.
Reconoce que es la obligación de todos los directores generales y del propio alcalde, quien recibe también este mes de sueldo extra, trabajar de manera completa no a medias, “el compromiso es hacer de Torreón un mejor lugar para vivir, ya que para eso nos pagan.
“No obstante, la responsabilidad legal, moral y social que se tiene en cada uno de los puestos que integran este gobierno, bien merece esta recompensa y hacerlo público es mejor que ocultarlo o maquillarlo”.
Opina que la decisión del Alcalde de autorizar este mes de sueldo extra es buena, y es necesario que ya se le quite el prejuicio pues a final de cuentas es parte de la dignificación que se pretende en los servidores públicos porque “aleja la posibilidad de que alguien incurra en prácticas corruptas o reñidas con los intereses del gobierno municipal’’.
Admite sin rodeos que él sí recibirá su bono, es dinero bien habido que no debe despreciarse y tampoco caer en la falacia de “donarlo’’.
Señala que muchos de nosotros “venimos de la iniciativa privada con conocimientos que hemos aplicado a la función pública y se ha reflejado en una buena política que ha generado bien común”.
