EL SIGLO DE TORREÓN
Para la mayoría de los ciudadanos no se justifica que sean legisladores quienes violenten el orden público.
TORREÓN, COAH.- Los torreonenses consideraron que actitudes como la de la diputada, Beatriz Granillo, dejan mucho qué desear respecto de la función que desempeñan los “representantes del pueblo” en la escena política actual.
Heriberto Mata, ingeniero agrónomo, opinó que es muy cuestionable que sean los propios legislado-res quienes estén violentando las leyes mediante el bloqueo de vialidades o la realización de manifestaciones que trastocan las actividades de la ciudad, lo cual deja un pésimo ejemplo para la comunidad.
Consideró que tampoco es nada justo el que los diputados locales tengan ingresos millonarios cuando quienes realmente trabajan, únicamente perciben un sueldo que no alcanza ni para satisfacer las necesidades más elementales.
Por su parte, la comerciante, Evangelina Trujillo Haro, manifestó que no debe permitirse que un grupo de personas con intereses muy marcados, afecte a terceros a través de la organización de marchas y bloqueos “que no dejan nada bueno”.
Dijo que aunque desconoce cuáles son las funciones de un diputado local, en términos generales todos son iguales porque se olvidan de lo que prometen durante su campaña y muestran una honestidad e interés por la gente que no tienen.
José Ascensión Fernández Contreras y José Luis García, de oficio panaderos, consideraron que independiente del partido que representen, los legisladores de los distintos niveles “son el mismo caldo sólo que recalentado”.
En ese sentido, José Luis dijo que los diputados locales actúan movidos por intereses de su propio partido o lo que ellos persiguen en lo personal para colocarse en el siguiente peldaño político, pero nunca en beneficio de la colectividad.
Fernández Contreras dijo que en el ámbito federal, los diputados y senadores deberían estar más preocupados por situaciones que amenazan la estabilidad del país y el bienestar de los mexicanos, como el sistema de pensiones, en lugar de desgastarse tanto en cuestiones que a la ciudadanía no le importan y sólo tienen que ver con ellos mismos.
