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Culpa Ashcroft a Clinton por atentados del 11-S

Ashcroft aseguró que desde que llegó al cargo, trató de eliminar las trabas burocráticas y legales para perseguir con eficacia a grupos terroristas.

13 de abril 2004.

Washington,(EFE).- El secretario de Justicia de EU, John Ashcroft, culpó hoy a la administración del presidente Bill Clinton de "ponerse una venda en los ojos" frente al terrorismo que impidió anticipar los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Ashcroft aseguró que existía una "muralla legal" que dificultaba el contacto entre investigadores criminales de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y que eso fue lo que impidió establecer una conexión entre los indicios que había de un atentado de Al Qaeda.

Esas trabas eran tales, añadió, que "incluso si (las fuerzas especiales) hubieran podido penetrar en los campos de entrenamiento de (Osama) Bin Laden, hubieran necesitado un equipo de abogados" para determinar que tipo de acción podían tomar frente a los terroristas.

Ashcroft subrayó que fue necesario que llegara la administración del presidente George W. Bush en 2001 para que se cambiara de estrategia y para que, frente a las órdenes de capturar al máximo dirigente de Al Qaeda, se optara por autorizar su asesinato.

La comparecencia se produjo en un día en que la comisión constató mediante diversos informes que un buen funcionamiento de los canales de contacto entre la CIA y el FBI hubiera sido una baza decisiva para evitar los atentados que mataron a más de 3 mil personas.

Ashcroft desmintió unas declaraciones previas ante la comisión de Thomas Pickard, director en funciones del FBI en los meses anteriores al 11-S, en las que aseguró que el secretario de Justicia le dijo que "no quería oír nada más" sobre las amenazas de Al Qaeda.

"Nunca le dije que no quería oír más sobre terrorismo", afirmó visiblemente alterado Ashcroft, quien subrayó que no sólo no ignoró las informaciones que advertían de las acciones de Al Qaeda en EU, sino que presionó a Pickard para que le mantuviera al tanto.

El testimonio del secretario de Justicia puso fin a una jornada de comparecencias públicas ante la comisión de responsables del FBI y de la CIA, que fueron interrogados sobre las razones que impidieron que se descubriera el plan de Al Qaeda de secuestrar aviones comerciales para utilizarlos como misiles.

Pickard admitió que "no teníamos buenas fuentes en Al Qaeda" y el ex jefe de las actividades antiterroristas de la CIA Cofer Black afirmó que "no teníamos gente suficiente para hacer el trabajo ni suficiente dinero para hacer frente a una tarea de esta magnitud".

Black subrayó la contradicción que supone que se financiara más generosamente a los servicios policiales y de inteligencia después del 11 de septiembre de 2001: "cuando no tienes dinero, la gente muere. Cuando la gente muere, recibes más dinero".

La muestra más evidente de la falta de coordinación y de eficacia en el manejo de los datos fue que el propio Pickard no tuvo conocimiento de la detención de Zacarias Moussaoui, conocido como el "secuestrador numero 20" del 11-S, hasta después de los atentados.

Moussaoui fue detenido el 16 de agosto de 2001, mientras hacía prácticas de vuelo en Minesota, por irregularidades en su visado, y la falta de coordinación en el FBI impidió siquiera lograr una orden judicial para autorizar el registro de su ordenador.

Habla la ex secretaria de Justicia de Estados Unidos

La ex secretaria de Justicia de Estados Unidos, Janet Reno, dijo el martes a la comisión que investiga los atentados del 11 de septiembre de 2001 que había advertido a su sucesor, John Ashcroft, que debía reunirse toda la información sobre actividades terroristas, pero señaló que no recordaba si mencionó específicamente a al Qaeda o células terroristas dentro del territorio estadounidense.

Reno sostuvo que había sido informada por funcionarios de seguridad sobre "la presencia de células en Estados Unidos" pero no sobre sus ubicaciones.

"Nunca me concentré en al Qaeda, porque estuve allí y observé el edificio Murrah (en la ciudad de Oklahoma) en ruinas", dijo. "Tenemos que estar preparados para el terrorismo de cualquier tipo".

Los miembros de la comisión también recibirán durante la tarde del martes el testimonio del actual secretario de Justicia, John Ashcroft.

Reno fue interrogada sobre una serie de memorandos que envió en el 2000, donde pedía que el FBI mejore su capacidad para compartir información de sus archivos, tanto internamente como con otros organismos.

Aseguró que sintió una "cierta cuota de frustración" sobre el problema.

Tanto Reno como el ex director del FBI, Louis Freeh –quien habló previamente en la audiencia del martes- dijeron que la agencia mantenía contactos regulares con los servicios de inteligencia de Estados Unidos y sostenía reuniones frecuentes con el consejero de seguridad nacional del presidente Bill Clinton, Samuel Berger.

Reno sostuvo que la Casa Blanca no le preguntó si la CIA podía asesinar a Osama bin Laden. En cambio, la Casa Blanca le interrogó –admitió- sobre si la agencia podía "capturar" al líder de al Qaeda.

El integrante del a comisión, Bob Kerrey, dijo durante la audiencia del martes que vio que Estados Unidos cometió tres errores antes del 11 de septiembre: no dar al Departamento de defensa un papel principal en la persecución de terroristas; permitir que miembros de al Qaeda ingresen al territorio estadounidense; y el hecho de que aerolíneas y aeropuertos de Estados Unidos no estuviesen en alerta máxima para ese momento.

"Estábamos relajados el 11 de septiembre", dijo. "No estábamos preparados para un secuestro".

Kerrey preguntó a Freeh porqué Estados Unidos permitió que 19 terroristas –a los que calificó como "soldados"- ingresaran a su territorio.

Freeh señaló a la comisión que ni la administración del presidente George W. Bush ni la de Clinton "pusieron a sus organismos de inteligencia o los de seguridad en pie de guerra" antes del 11 de septiembre del 2001.

Freeh dijo que los funcionarios de seguridad consideraron la posibilidad de que terroristas podrían usar aviones como armas durante los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, pero la defensa contra el empleo de aeronaves como armas no fue integrada dentro de los planes estándar de defensa estratégica.

Empero, Freeh resaltó que la amenaza y la defensa aérea "era claramente conocida y fue incorporada, como mencioné, dentro de la planificación estándar de eventos especiales".

Freeh sostuvo que la investigación y el procesamiento de terroristas no era la solución ideal pero era lo mejor que el FBI podía hacer sin una declaración de guerra contra Osama bin Laden y su red al Qaeda.

"Una orden de arresto, dos de ellas para bin Laden en el distrito sur de Nueva York, no iba a detenerlo de lo que pasó el 11 de septiembre", Freeh dijo a la comisión.

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