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MADRID, ESPAÑA.- Ayer se cumplió en España un año desde el último asesinato del grupo armado vasco Euskadi Ta Askatasuna (ETA), con advertencias de que la organización separatista está debilitada pero aún capaz de acciones violentas.
Esos 12 meses sin muertos causados por la ETA -aunque se han registrado ataques— es el período más prolongado desde que la organización decidió una tregua unilateral a fines de 1998 que se prolongó 14 meses.
Funcionarios españoles dicen que la ETA ha sido diezmada por casi 200 arrestos y la confiscación de armas en España y en Francia desde el año pasado, incluido la captura de varios cabecillas. En 2003 la ETA asesinó a tres personas, comparadas con 23 en 2000.
El ministro del interior del Gobierno regional vasco, que respalda la independencia pero se opone a la violencia para alcanzarla, dijo que la inactividad de la ETA no debe ser confundida con desaparición.
El ministro, Javier Balza, desechó versiones que circularon en meses recientes de que la ETA, a la que se atribuyen más de 800 muertes desde fines de la década del sesenta, se apresta a convocar a otra tregua.
En declaraciones al diario madrileño El País, Balza dijo que debido a la represión policial y al duelo por los ataques terroristas del 11 de marzo en Madrid en que murieron 191 personas, la ETA ha optado por cesar sus ataques, al menos por ahora.
Balza dijo que las autoridades españolas están encantadas de que la ETA no haya causado más muertes desde fines de mayo de 2003, pero indicó que otro ataque letal podría ocurrir en cualquier momento.
A su vez, el diario El Mundo dijo en un editorial que es todavía demasiado temprano para cantar victoria pues no resulta difícil hacer estallar un automóvil cargado de explosivos o asesinar a alguien que carece de guardaespaldas.
El último ataque letal atribuido a la ETA ocurrió el 30 de mayo de 2003 en la población de Sangüesa, en la provincia de Navarra, en el norte del país, fronteriza con la región vasca. Una bomba colocada en un patrullero policial mató a dos agentes e hirió gravemente a otro.