EL PAÍS / AGENCIAS
JERUSALÉN.- Egipto dio ayer un plazo de dos meses a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que reestructure los servicios de seguridad e imponga un alto el fuego de las facciones radicales.
El cumplimiento de estos requisitos son algunas de las condiciones previas planteadas por el Gobierno de El Cairo para colaborar con los palestinos e israelíes en el proceso de descolonización y repliegue militar de la Franja de Gaza, que trata de poner en marcha el primer ministro Ariel Sharon.
El general Omar Suleiman, jefe de los servicios secretos egipcios, presentó este requerimiento al presidente palestino Yasser Arafat en el transcurso de una reunión celebrada en el cuartel general de Ramallah, a la que asistieron además otros responsables de seguridad de la ANP y el primer ministro Ahmed Korei (Abu Alá). Con esta petición oficial del emisario egipcio culminaba una serie de contactos y negociaciones secretos con israelíes y palestinos sobre su papel en el plan de retirada de Gaza.
Los egipcios reclaman a los palestinos como primera medida la refundación de los 13 cuerpos de seguridad palestinos y su concentración en solo tres organizaciones, cuyo control deberá ser ejercido por el Primer Ministro. Como segundo punto piden que las facciones radicales palestinas acaten el alto el fuego decretado por la Autoridad Nacional Palestina desde hace meses. Pero además el emisario de El Cairo plantea también a los israelíes que dejen de llevar acciones militares en la Franja de Gaza y ponga fin a la política de asesinatos selectivos de los líderes de la Intifada.
La Autoridad Nacional Palestina acogió favorablemente las exigencias egipcias, al tiempo que trataba de esconder su preocupación por la actitud levantisca de los grupos radicales de la Franja de Gaza, que horas antes habían firmado un comunicado condenando cualquier participación de Egipto o Jordania en el proceso de pacificación y descolonización de la zona.
Los palestinos exigen que durante esos dos meses, Israel cese sus operaciones militares en la Franja de Gaza, que abra un corredor “seguro” que una ese territorio y Cisjordania y que ponga fin a su política de “asesinatos selectivos” de cabecillas y dirigentes de la Intifada.
Las peticiones palestinas coinciden con las egipcias con el fin de garantizar la estabilidad en la zona y la seguridad de los instructores que tiene previsto enviar en los próximos meses para entrenar a unos 30 mil miembros de la seguridad de la ANP.
Egipto ha asegurado que no enviará a ningún instructor a la zona mientras las dos partes no se comprometan a mantener la calma. Según la iniciativa egipcia, una fuerza multinacional será desplegada en el puerto y en el destruido aeropuerto de Gaza a fin de mantenerlos abiertos, aunque Israel ya ha rechazado de forma categórica esa posibilidad.
“La propuesta de enviar fuerzas internacionales a la zona es totalmente inaceptable para Israel”, afirmó esta tarde el jefe de la diplomacia israelí, Shalom, al enviado egipcio, según un portavoz del ministerio.
El presidente Yasser Arafat recalcó la importancia de la mediación egipcia en este proceso al asegurar que “forman parte de los esfuerzo destinados a hacer avanzar el proceso de paz y obtener la aplicación del Mapa de Ruta”.
El primer ministro palestino reafirmó estas declaraciones y desmintió ante la prensa que existiera un enfrentamiento con Arafat con respecto a la reestructuración de los servicios policiales palestinos: “Nadie discute a Arafat sus prerrogativas en materia de seguridad, lo único que se plantea es la reorganización de los trabajos de estos efectivos”.
El general Omar Suleiman, que ha venido en los últimos años desempeñando tareas de mediación con los palestinos en los momentos mas críticos de la confrontación con los israelíes, se negó a hacer declaraciones a la prensa.
