El miércoles pasado salió a la calle La i, gran esfuerzo de jóvenes que intentan introducir día a día un periodismo distinto, que deje de lado el estilo tradicional donde la vida pública sea parte primordial de sus espacios. En La i, lo importante es la gente, es la humanidad misma que día a día y en las calles, plasman historias de cada Sol, de cada Luna.
No es sangre, no es sudor, no es semen. La i ofrece al mercado algo más que cuerpos desnudos y destruidos por accidentes o hechos delictivos. Está más allá que sólo el pleito en un baile donde el navajeado es la nota principal.
La i publica a La Laguna un portafolio que contiene textos y herramientas distintas, amenas, respetuosas y humanas; nunca promiscuo, sí pícaro.
No, no es vulgar: Es ágil, dinámica, sin compromiso alguno e ideología coloreada de esas que se pierden en discusiones estériles que nunca llevan nada en la práctica a miles de amas de casa que se preocupan por el bienestar de sus vástagos tanto en salud como es su educación y lejos están de las discusiones bizantinas en un Congreso que ni idea tenemos dónde está ubicado.
Es fresca, de la gente que aporta servicio y esparcimiento. La i es resultado del impresionante esfuerzo de una veintena de jóvenes que integrados a departamentos pares, tanto en Culiacán, Hermosillo y Mérida, presentan un diario de lectura ligera.
Tampoco descubre el hilo negro. La i se cocina desde la concepción de llegar a un segmento donde el bajo índice general de lectoría en nuestro país se acentúa. Es segmento que vive y sostiene los cimientos de una sociedad viviente, activa, dinámica.
Es La i una tribuna distinta, sin artículos tedios ni profundas elucubraciones que arreglan el mundo desde una pluma. Es un proyecto que busca satisfacer un mercado popular –que no tonto ni mucho menos- que está muy lejos de todos aquellos espejismos políticos.
Gustavo, director del diario transita desde la pulcritud, ingenio y creatividad del diseño gráfico hacia la conducción de este matutino diferente. Tiene La i una dirección seria, creativa, ordenada y limpia.
Y no, no será La i para usted. Sin embargo, el esfuerzo, profesionalismo y agilidad estará en la calle, y detrás de ella una gran ilusión.
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