EFE
TEHERÁN, IRÁN.- Un tribunal de Teherán ha tardado escasos dos días en condenar a la pena capital al mayor asesino en serie de Irán, acusado de haber segado la vida de diecisiete menores de edad, una prostituta y dos compañeros de trabajo.
Mohamed Basidje, alias ?Biye?, secuestraba niños y adolescentes, en su mayoría descendientes de refugiados afganos, en barrios marginales de Teherán con ayuda de un cómplice, Ali Gholampoor, fue condenado ayer a quince años de prisión.
Mediante tretas y artimañas, el infanticida llevaba a sus víctimas a una zona desértica cercana a la capital iraní y allí las violaba y asesinaba a golpes.
Una vez cometido el crimen, enterraba sus cuerpos en la arena y depositaba encima un animal muerto para disimular el mal olor que emanaba de los cadáveres.
Tras su detención, el pasado mes de septiembre, ?Biye? confesó haber asesinado durante un año a al menos 22 menores, además de a una prostituta y a dos hombres que trabajaban con él en la fábrica de ladrillos de Jatun Abad, al sur de la capital.
Pero el equipo de agentes de los servicios especiales y de perros entrenados para la búsqueda de desaparecidos sólo han localizado 17 cadáveres.
El arresto de ambos condenados se produjo después de que una de sus víctimas, que se encuentra ingresada en un hospital de la capital, los denunciara tras lograr escapar de una muerte segura.
Los cinco jueces que han llevado el caso, encabezados por Yavar Zadeh, necesitaron sólo dos días de proceso para dictar su sentencia de muerte por un delito de abuso sexual.
?Biye? fue condenado asimismo a quince años de cárcel por el rapto de los menores, al pago de cuatro indemnizaciones a familiares de las víctimas y a cien latigazos por ?cometer actos impropios con los cadáveres?.
Su cómplice, que fue absuelto de los cargos de asesinato, pasará los próximos quince años en la cárcel tras ser hallado culpable de un delito de secuestro.
El relato de los sentenciados durante el juicio, que a pesar de celebrarse a puerta cerrada se ha filtrado a la prensa, ha estremecido a la sociedad iraní por los detalles escabrosos de los abusos.
La agencia de noticias iraní Baztab aseguraba ayer que una de las sesiones tuvo que ser suspendida después de que algunos familiares sufrieran una crisis nerviosa al escuchar el relato de boca de ?Biye?.
?Cuando el acusado explicó cómo mató a su séptima víctima, varios allegados de los menores asesinados estallaron en gritos y llantos y tuvo que suspenderse la sesión?, indicó la fuente.
Algunos padres llegaron incluso a afirmar que los dos criminales extirparon los órganos vitales de los cadáveres con el supuesto propósito de venderlos.
Según fuentes policiales, ambos condenados actuaron con total impunidad durante más de un año porque los familiares de los menores afganos no denunciaron su desaparición por miedo a ser detenidos y expulsados del país, ya que carecen de permiso de residencia.
En Irán residen más de dos millones y medio de afganos, muchos de ellos inmigrantes irregulares que entraron el país a finales de 2001 en su huida de la guerra lanzada por EU contra el régimen radical integrista ?talibán?, al que acusaba de dar refugio al líder de la red terrorista internacional Al Qaeda, Osama bin Laden.