AARHUS, Dinamarca, (Reuters) - Los daneses están propagando sus genes por el mundo con mayor rapidez que nunca gracias a la firma local de exportadores Cryos International, el mayor banco de semen del mundo.
El semen que donan anualmente los daneses contribuye a alrededor de 1.000 embarazos y con la demanda en aumento de Estados Unidos, Cryos acaba de abrir su primera oficina en Nueva York, en Broadway.
Miles de hombres visitan los tres centros de donación de Cryos en Dinamarca, en su mayoría estudiantes, y reciben 250 coronas danesas (40,50 dólares) por cada donación.
Visitar la sala de donaciones no es, sin embargo, suficiente para obtener un semen que pueda ser conservado. Sólo el 10 por ciento de las donaciones son de la suficiente calidad para pasar los requisitos de calidad de Cryos.
Las parejas sin hijos pueden escoger entre 250 donantes exitosos en el sitio estadounidense de Cryos de Internet, bajo sobrenombres vikingos como Birk, Gorm, Olaf y Thor, y datos adjuntos del color del cabello y los ojos, estatura, peso, educación y detalles profesionales.
Cryos, que actualmente acepta solo a donantes daneses, exporta a unos 40 países. Dentro de uno o dos años, indios, asiáticos y africanos podrán también donar a Cryos, cuando comience a funcionar una franquicia global.
¿Por qué Dinamarca, con sólo 5,3 millones de habitantes, dona más semen que cualquier otro país? Buena tecnología y aceptación social, dice el fundador y director ejecutivo de Cryos, Ole Schou.
"Hemos desarrollado una técnica donde al menos el 30 por ciento (de las mujeres) se embarazan después del primer tratamiento. La mayoría de los otros centros no alcanzan más del 10 por ciento", explicó.
Una nación de elevada cultura laica, Dinamarca ha removido muchos tabús que complican las donaciones en otras naciones, dijo Schou. Lo mismo podría decirse de otros países nórdicos y explicar por qué un tercio de la industria mundial del semen se encuentra en la región.
Sin embargo, esta posición está amenazada.
EL ANONIMATO ES CLAVE
En Noruega no hay clínicas privadas de inseminación y muy pocos hombres donan semen. Como el país aprobó en noviembre una ley que prohíbe las donaciones anónimas, incluso esas pocas desaparecerán, dijo Schou.
"Eso es solamente un recurso artificial para ayudar a los niños. La realidad es que cuando desaparece el anonimato, lo mismo sucede con los donantes", agregó.
Los finlandeses se han hecho menos propensos a donar semen por temores de que su derecho al anonimato esté en peligro, luego que llegó al parlamento hac eun año un proyecto de ley sobre los tratamientos de fertilidad que daría a los niños derechos constitucionales para obtener información sobre el donante.
Del 10 al 15 por ciento de las parejas de todo el mundo carecen involuntariamente de hijos, una tercera parte debido a problemas físicos del hombre. Además de la inseminación, los remedios para la infertilidad masculina son inyecciones de testosterona e ICSI (inyección intracitoplásmica de semen), cuando sólo se necesita un espermatozoide saludable.
MODELO SUECO
Suecia abrió sus archivos de donantes en 1985 después de que una corte declaró a un niño legalmente sin padre cuando la madre biológica concibió al bebito por inseminación sin consentimiento del padre y éste rechazó toda relación legal cuando la pareja se separó.
Noruega siguió el modelo sueco cuando aprobó su ley. Según Schou, de 500 a 800 parejas suecas viajan al exterior anualmente para inseminaciones, la mayoría a Dinamarca, debido a la falta de donantes.
"Muy pocos donantes desean que 'sus' hijos puedan hacer contacto con ellos, esa es la realidad. En Suecia, los donantes disminuyeron de la noche a la mañana cuando se suspendió el anonimato y obligó a muchas parejas suecas que deseaban la inseminación a viajar a Dinamarca".
Cryos descubrió que sólo alrededor del 12 por ciento de sus donantes seguirían proporcionando semen si se eliminara su anonimato y solo alrededor del ocho por ciento aceptaría que uno de sus hijos biológicos hiciera contacto con ellos.
"Es normal por parte de la población no saber quién es su padre biológico. Recuerden el chiste del 'lechero', por ejemplo.
Por eso nadie puede exigir el derecho de todo niño a conocer a sus padres biológicos".
Islandia permite donaciones anónimas y no anónimas por igual.
Una solución ideal, que según Schou no amenazaría las operaciones de la compañía.