Agencias
Londres, INGLATERRA.- Hasta estas Pascuas, David Beckham debe haber creído que nada podía ser peor que la tarjeta roja que le sacó el árbitro en el decisivo partido con Argentina en el Mundial de Francia 98.
Sin embargo, desde que su esposa Victoria abrió el diario el pasado domingo, el astro del Real Madrid debe haber comenzado a replantearse el tema. La ex Spice Girl, proclive a los ataques de cólera, se topó con el titular “Soy la amante número 2 de Becks”. “Ahora todos se preguntan si la pareja de ensueño sobrevivirá a la próxima semana”, comentó el Observer.
La pareja tomó un vuelo hacia Inglaterra para llevar a cabo “conversaciones de crisis” en su Beckingham Palace de Hertfordshire, en Londres, debatió durante medio día, mostró unidad y contragolpeó.
En una declaración conjunta calificaron de “absurdas” todas las informaciones sobre supuestos romances extramatrimoniales del astro futbolístico, al tiempo que convocaron a sus abogados.
“La pareja rechaza estas historias y por el momento no hará más comentarios”, agrega el comunicado.
El diario News of the World se mostró sin embargo firme en su postura, a pesar de la amenaza de llevar el tema a los tribunales.
“Mantenemos nuestras informaciones en un ciento por ciento, nuestras revelaciones hablan por sí mismas”, dijo la portavoz del rotativo Hayley Barlow. De acuerdo con lo publicado, la “amante número 2” Sarah Marbeck conoció al capitán de la selección inglesa en julio de 2001 en Singapur, cuando Victoria estaba embarazada de su segundo hijo.
“Nos amamos durante cuatro horas”, aseguró la modelo australiana nacida en Malaysia. Aunque el cálculo es un tanto difuso: “Cuando una está en la cama con David Beckham, no se fija en la hora”, reconoció.
Naturalmente el futbolista entiende algo de mujeres, además de ser “un hombre genéticamente bendecido”. “Hasta sus pies son hermosos”, sostuvo la mujer.
Marbeck le otorga gran importancia a su supuesto romance de dos años, durante el cual, aseguró, no fue sólo un juguete sexual de Beckham.
Ambos eran tan cercanos que en septiembre de 2001, después de la histórica victoria de Inglaterra contra Alemania, le envió de inmediato un mensaje por el teléfono móvil. “Nada me hace más feliz que jugar al futbol”, le escribió.
Una semana antes, la holandesa Rebecca Loos se había declarado la “amante número 1”, a cambio de medio millón de euros (unos 600 mil dólares) ofreció a la prensa algunos detalles adicionales “picantes”, como que “Becks enviaba al chofer de la familia para que nos comprara condones”.
La hija de diplomáticos arremetió indirectamente contra Victoria, a quien, según su versión, Beckham encuentra demasiado delgada.
“Él odia la apariencia de ella. Con frecuencia dice que debería comer más”, sostuvo Loos.
También aludió a que la cantante pop descuida a los hijos del matrimonio. El pequeño Brooklyn, de cinco años, tiene un retraso tan grande en el habla que no sabe formular correctamente frases básicas, afirmó. Asimismo, dijo que a Victoria le causa gracia cuando David intenta ordenar algo de una carta de vinos franceses.
Lo cierto es que el peligro terrorista y la guerra en Irak han caído en el olvido, y los británicos discuten ahora quién tiene la culpa por la crisis matrimonial.
La clara postura de la mayoría es que los jugadores del Real Madrid nunca fueron conocidos por su abstinencia sexual, que la ex Posh Spice no debería haber dejado por períodos tan largos a su marido a merced de las tentaciones ibéricas.
Resistir en esas condiciones, en el “mundo Neandertal del futbol” -según el Independent-, supera los límites de la voluntad humana.
“Usted no se ha casado con un fontanero, un cirujano o un teólogo de la moral, sino con un objeto del deseo para muchas mujeres alrededor del mundo”, aleccionó a Victoria la revista femenina Cosmopolitan.
Una consejera matrimonial le recomendó en cambio hundir sus uñas postizas en la carne de su esposo.
Pero los Beckham siguen mostrándose como si nada. La semana pasada se revolcaron en la nieve frente a una horda de fotógrafos “como pequeños chimpancés”, según el Observer, y el domingo por la noche Victoria fue a ver jugar a David en el estadio del Real Madrid.
“El show debe continuar”, escribió el Mirror. Según el Sun, Beckham planea ya escribir un libro sobre toda esta historia.
