Obsequio, veneración, acatamiento que se hace a uno.
Miramiento, consideración, atención, causa o motivo particular.
Acatamiento que se hace por cortesía.
El respeto es todo lo anterior, pero también algo que se va perdiendo, diluyendo con el tiempo y con la actitud de algunos que crecieron faltos de valores y sobre todo de respeto a los demás.
¿Dónde nace el respeto?
Como toda educación, éste tiene su origen en la familia. En el seno de ella queda impreso el actuar de las personas ante los demás.
Hubo un estadista latinoamericano que con su máxima: ?El Respeto al Derecho Ajeno es la Paz? dejó grabada en la historia el mensaje de convivencia más elocuente y más veraz.
Vivir en sociedad es lo normal, pero vivir bien es lo mejor.
Pero esa convivencia no resulta fácil ni placentera cuando en ella encontramos seres abusones que no respetan los derechos de los demás.
Cada día hay infinidad de problemas por la actitud de unos que no tienen consideración de los demás.
Viven en su mundo y en su entorno no hay respeto al prójimo.
Transitan por las calles como si fueran propietarios de ellas.
Utilizan los espacios como si fueran de su propiedad.
Muchísimos no tienen consideración de los demás, causándoles molestias de mil formas.
Viven, pero no dejar vivir bien ni en paz.
El respeto, como se ha anotado, es un obsequio generoso que las gentes bien nacidas hacen a sus semejantes.
Hubo un señor en la Comarca Lagunera, que se llamó Teodoro Verástegui, a quien consideramos uno de los prototipos del respeto a los demás y lo hemos dicho varias veces aquí: cuando iba por la banqueta caminando, dejaba el lugar de la pared a los que encontraba en su andar.
En el hogar se pueden ofrecer las enseñanzas básicas para un mejor vivir, ahí, hable usted del respeto que se debe tener a los demás para que este mundo sea cada vez mejor.