Tan famosas por estos días en nuestro pueblo.
Estaba dentro de las tradiciones y por ese entonces no fallaban.
Según los relatos que iban pasando de generación en generación, al iniciarse un año, cada día que pasaba iba reflejando en su comportamiento climático lo que traerían los doce meses siguientes.
Así por ejemplo, el día primero era enero, el dos febrero, el tres marzo, y así consecutivamente.
Entonces en este domingo estaríamos viviendo como sería el tiempo en noviembre.
Cuando la noche del pasado martes, Día de Reyes empezó a llover en esta Comarca, los señores de edad dijeron pronto que por junio empezarían las lluvias del 2004 y que se acrecentarían en julio, tal como ocurrió aquí el miércoles, mientras que para agosto tendríamos neblina tal vez acompañada de lluvia.
Y nos decían los mayores cuando fuimos niños, que las cabañuelas no fallaban, que eran muy acertadas.
El vulgo popular tenía muchas cosas interesantes.
Recordamos que cuando llovía a cántaros, día tras día, las gentes del campo sacaban los machetes y con ellos hacían como que cortaban la misma lluvia, para que ésta cesara.
Muchos cambios que ha tenido nuestro mundo seguramente han trastornado a las mismas cabañuelas, pero será interesante siempre recordar lo que fuimos dejando atrás.