¡Tanta falta que hacen esas dos palabras!
Y tanto que las escatiman los humanos.
En este Valle, donde hay tantos afanes, tantas luchas, tantas dificultades, todos requieren en ocasiones especiales de una expresión de aliento.
De dos palabras que acompañadas de todo el sentimiento, recuerden lo que significamos para nuestros seres queridos.
Y curiosamente muchos padres no son capaces de decir de vez en cuando a sus hijos: Te quiero.
También muchos hijos se olvidan de mostrar sus sentimientos a sus padres.
Es cierto, las palabras eso son, pero cuando se dicen con sinceridad, con espontaneidad, con sentimiento sincero, cómo ayudan.
En este mes de febrero que no termina, y que está dedicado al amor y a la amistad, aprenda no sólo a estar más cerca de sus seres amados, sino también de recordarles de vez en cuando cuánto los quiere.
Hasta la mascota de casa, ese perrito noble y fiel necesita que alguna vez pasemos la mano por su cuerpo.
Nuestro mundo, lleno de egoísmo y de odios, necesita pausas, espacios para la paz y el amor.
Muchos seres se levantan de prisa porque se les hizo tarde. Suben a su vehículo y arrancan raudos y veloces por las calles. Su rostro refleja el enojo, el malestar, sobre todo cerca de las ocho de la mañana o cerca de las nueve, cuando tiene que llegar a su trabajo o a su cita.
Y a la menor provocación asoman ese personaje siniestro que esconden en su interior.
Muchos incidentes hasta fatales han ocurrido porque muchos automovilistas no tienen tolerancia, paciencia y buenos sentimientos a los demás. Quieren calles privadas y vía libre.
¿Cómo pedirle a esos seres respeto y comprensión a los demás?
Usted que no es de esos seres alterados, tenga más capacidad para cumplir a tiempo sus compromisos dándose los espacios necesarios.
Usted que está en paz consigo mismo procure acercarse más con sus seres queridos, y de vez en cuando sorpréndalos con un ?te quiero?, no se imagina cómo se lo agradecerán.