EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

De Neo-Rambo y otras cosas

Adela Celorio

Ahora en su versión disléctica y mesiánica, Neo-Rambo conquistó la reelección. “Se ríen de mí por mi manera de andar, con las piernas un poco abiertas, balanceándome. A eso en Tejas se le llama simplemente caminar” dijo él y el pueblo aplaudió a rabiar. Al pueblo le gusta que le digan: mataré a quien se nos ponga por delante. Neo-rambo se los dijo y votaron por él. Dicen por ahí que al pueblo le gusta el Neo-Rambo porque parece tan tonto como ellos. ¿Será? Pues ahora ya ni modo, si tenemos que vivir con él cuatro años más; es mejor que lo vayamos encontrando guapo y simpático.

Además, lo nuestro tampoco está como para dar lecciones a nadie. Mirar a Bejarano que además de chivato hace pucheritos, da pena ajena. El pobre hombre parece estar pidiendo al tiempo que vuelva para no cometer el mismo error ¡Ojo! No el de empacarse el dinero por donde le cupo, sino el de haberse dejado filmar.

La señora Padierna, su esposita, debe estarle preguntando ¿Acaso eres megapen... o qué? Según Federico Reyes Heroles -Memorial de Mañana Editorial Taurus- uno de cada tres mexicanos considera que violar la Ley no es grave: que lo grave, en todo caso es ser sorprendido por las autoridades.

Somos pobres pero alegres, pobres pero honrados -o al menos eso decimos- somos cálidos, ingeniosos, amorosos, en el fondo siempre buenos, aunque las apariencias confundan. De entrada, la mayoría de los mexicanos no creemos que exista un problema con nosotros.

Preferimos seguir pensando que somos a toda madre. Que así somos y así seremos. -No hay cambio, siempre se vuelve a lo mismo- andamos diciendo por ahí. Si todo va a ser como siempre ha sido, si somos para seguir siendo entonces ¿para qué actuar? La oscuridad se vuelve aún más opresiva cuando uno de cada veinte conciudadanos con los cuales convivimos a diario, afirma sin empacho que la corrupción es un mal menor y aún más grave, cree que ayuda al funcionamiento de las cosas.

Pero cuando las cosas van mal, todavía pueden empeorar: basta intentar cumplir con todos los ordenamientos legales para construir un inmueble, abrir un negocio o hacerlo funcionar honestamente; para constatar que sin untar manos a los funcionarios de las Delegaciones y a los improvisados dizque gestores que siempre merodean por ahí; resulta imposible conseguir algo.

Yo los odio pero no por eso se me quita lo corruptora. Con mucho asco pero les unto la mano para que las cosas salgan rapidito y de buen modo.

Después vomito. “Uno de cada dos mexicanos adultos, no ha hecho suya la legalidad como proyecto de vida. De ahí la proliferación de los Niños verdes y los azules y los de todos colores, que medran a ciencia y paciencia de la ciudadanía.

¿Qué así vamos a seguir? adelace@avantel.net

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 118631

elsiglo.mx