Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

De Política y Cosas Peores

Armando Camorra

Siempre he creído que la vida es un buen retrato del cine. Soy un cinéfilo irredento: tantos años llevo viendo películas que de seguro una parte de mí cerebro ya es de celuloide. Recuerdo como si fuera mañana las gloriosas funciones de matiné dominical en el Cinema Palacio de Saltillo, mi ciudad amada. (No "Cine". Cinema, si me hace usted favor). Disfruto ahora el llamado cine en pantuflas, una nunca soñada maravilla que hace de tu recámara la mejor sala cinematográfica. En ella acabo de ver una película magnífica, de Frankenheimer. Se llama "Camino a la guerra" ("Path to war"), y narra en forma clara, y al mismo tiempo con profundidad, los hechos que llevaron a los Estados Unidos a hacer la guerra de Vietnam: cómo Lyndon B. Johnson, que soñó con hacer de su país "La Gran Sociedad", fue obligado a combatir la más odiada guerra de la historia. Recuerdo bien la época, pues por ese tiempo estudiaba yo en Estados Unidos. Escribí artículos vitriólicos contra Johnson en The Daily Student, periódico de la Universidad de Indiana, y una columna que publiqué reprobando con acritud la posición del cardenal Spellman, favorable al conflicto, fue reproducida en volantes por la Asociación de Católicos contra la Guerra y distribuida profusamente. Más de una vez, arrastrado por la intensidad de esos momentos, me uní a las manifestaciones de los estudiantes que rechazaban la presencia de Estados Unidos en Vietnam y quemaban sus tarjetas de reclutamiento. Los "halcones" -aquellos que estaban de acuerdo con la guerra- tachaban de comunistas a los disidentes, y los calificaban de traidores. El Presidente Johnson no perdía ocasión de deturparlos. Sin embargo todos los frutos de su Presidencia quedaron anulados por esa guerra odiosa y por sus funestos resultados. Poco antes de morir Johnson dijo en un arranque de sinceridad una frase que traducida al español de México sonaría así: "Los chavos tenían razón. La regué". Ciertamente esa guerra fue causa de que Johnson se viera obligado a renunciar a sus aspiraciones de seguir en la Presidencia. Pues bien: lo mismo debería suceder con Bush. Su guerra, la de Iraq, es tan odiosa como la guerra que hizo Johnson en Vietnam, aunque no tenga las mismas proporciones ni haya suscitado igual oposición. También Bush "la regó"; también asiste la razón a quienes se oponen a la presencia de Estados Unidos en Iraq y denuncian los graves abusos cometidos por las tropas invasoras. Sin poseer los variados talentos que tenía Johnson, Bush ha mostrado su misma insensibilidad, y aún mayor torpeza. Si sigue en la Presidencia eso será evidencia de que las ideas de libertad, justicia y democracia han sufrido demérito en la nación americana... Contaré ahora un chascarrillo a fin de aliviar la tensión que el anterior comentario debe haber provocado en el país del norte... El niño le pidió a su papá que le regalara un juego de química por su cumpleaños. Días después el señor vio al chiquillo en el jardín: sostenía en alto algo que parecía un largo tubo. "Es la manguera, papi -le explicó el pequeño-. Con mi juego de química hice un líquido que da rigidez a los objetos flexibles". "Te felicito -dice el señor-. Tu invento puede tener aplicaciones industriales. Toma este premio de 50 pesos". A la mañana siguiente la mamá del niño le dice: "Yo también quiero darte un premio, pero de 500 pesos. Hallé nuevas aplicaciones para tu invento. Dile a la muchacha que me busque ese suéter ajustado que ya no me ponía, y no hagas ruido, porque tu papá está muy cansado y necesita dormir para reponerse"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 104930

elsiglo.mx