A cierto joven que ejerce la prostitución masculina le dicen "La bendecida". Eso es precisamente lo que vende... La mamá de Pepito se llenó de alarma al escuchar que el tremebundo niño invitaba a su pequeña vecina Rosilita a ir a la parte de atrás de la casa. Jugarían, según dijo Pepito a la inocente criatura, a ser marido y mujer. "¡Por ningún motivo lleves a esa niña allá!" -le prohibió la señora a su precoz retoño. El padre de Pepito, que oyó aquello, le pide a su esposa: "Déjalos que vayan". "¡Cómo! -se indigna ella-. ¿No oíste a tu hijo decir que jugarán a ser marido y mujer?". "Precisamente -replica el hombre-. Si son marido y mujer como tú y yo, no van a hacer absolutamente nada"... Una trabajadora social entrevistaba a aquella mujer que era ya madre de 12 hijos. "Señora -le pregunta-. ¿Ha oído usted hablar del método del ritmo? ¿Por qué no lo usa al hacer el amor con su esposo?". "Ay, linda -responde la señora-. En esos momentos ¿quién quiere música?"... Murió don Zósimo. Su esposa, doña Adelma, lo extrañaba mucho, y fue con una espiritista a fin de que invocara el espíritu de su difunto marido. Se puso en trance la mujer, y después de un rato dijo con cavernosa voz a la señora: "Su marido la manda saludar. Dice que está seguro de que algún día se volverán a juntar los dos en el mismo lugar donde está él". "¡Qué hermoso! -se conmueve doña Adelma-. Pregúntele por favor si necesita algo". Se concentra la médium otra vez y vuelve a decir con la misma voz cavernosa: "Dice que por favor le envíe una cajetilla de cigarros". "¡Inmediatamente se la mandaré! -exclama la señora-. ¿Le dio alguna dirección?". "No -responde la médium con voz más cavernosa aún -. Pero no pidió cerillos". (¡Estaba en el erebo el infeliz, por no decir en el infierno de las llamas, que se oye muy violento! En ese caliginoso sitio sólo se escucha llanto y crujir de dientes, decía aquel ceñudo predicador. Le preguntó un incrédulo: "¿Y si alguien no tiene dientes?". Respondió con severidad el reverendo: "Se le facilitará una dentadura por cuenta de la casa")... La esperanza es hermosa pero ciega. "El que espera desespera / porque no ve lo que ve, / sino lo que ver quisiera". Yo, por ejemplo, quisiera que el acto en que la UNAM rindió homenaje -merecidísimo homenaje- a doña Ifigenia Martínez fuera indicio de acercamiento entre el rector de la Universidad, Juan Ramón de la Fuente, y el PRD. Pienso que el país necesita en esta hora un gobierno de izquierda, es decir, que mire principalmente por la justicia social y atienda las demandas de los sectores desvalidos, sin sacrificio de los valores democráticos y de la libertad. Quizá el Rector De la Fuente no pueda ser calificado como típico hombre de izquierda, pero es liberal, a diferencia de López Obrador, que tampoco es de izquierda -es un priista cuyos extremismos lo llevaron al PRD-, pero sí hombre dogmático y radical. Si ese encuentro del rector de la UNAM con los perredistas y la gente de izquierda en general entraña una nueva opción política, si implica que el partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas no está ya atado irremisiblemente al peligroso populismo y a la costosa demagogia de López Obrador, entonces yo tendré esperanza, y sentiré que no estamos condenados en forma ineluctable a caer por el despeñadero que ahora nos amenaza... Don Martiriano leyó en el periódico la noticia de un hombre de pocas prendas personales que se casó con una lindísima muchacha. Le dice a su mujer, doña Jodoncia: "¿No es asombroso cómo hay tipos feos, indejos y antipáticos que se casan con mujeres bellísimas, inteligentes y agradables?". Responde doña Jodoncia: "Ese es el piropo más bonito que me has dicho desde hace mucho tiempo"... FIN.