Termina el trance de amor, y el contrito galán le dice a su llorosa noviecita: "No te apures, Dulcilí: estoy dispuesto a reparar mi falta". "Muy bien -replica ella enjugando su llanto-. Entonces dame mil quinientos pesos"... La lógica, esa inflexible profesora, puede tomar atajos impensados. Le propone el maestro a su discípulo: "Te apuesto 100 pesos contra 20 a que traes un agujero en tu calcetín izquierdo". El estudiante, que estrenaba esa mañana calcetines, tenía la absoluta certidumbre de que en ellos no había agujeros. Aceptó la apuesta, por lo tanto, y se dispuso a quitarse los zapatos para mostrar los calcetines. "No es necesario -lo frena el profesor-. Tu calcetín izquierdo tiene un agujero. Si no ¿entonces por dónde metiste el pie para ponértelo?". Un individuo entró en la tienda llamada "Sedal y Caña, artículos para pescadores". Le pide al encargado: "Me da un cuarto de kilo de jamón". "Aquí no vendemos eso -contesta el hombre-. ¿No vio el letrero? ‘Artículos para pescadores’". Pregunta el individuo: "¿Y acaso los pescadores no comen jamón?". La señorita de primer año le dice a Pepito: "Te pondré un 10 de calificación si me contestas esta pregunta: ¿cuántas son dos más dos?". "Cinco" -responde Pepito de inmediato. "Son cuatro -corrige la maestra-. Te equivocaste; no te pondré el 10". "Debe ponérmelo -replica el precoz niño-. Usted ofreció que me pondría el 10 si le contestaba yo esa pregunta, y se la contesté. No dijo que tenía que contestarla acertadamente". Todos estos ejemplos no prueban en modo alguno que la lógica sea un instrumento falible, y menos aún inútil. Lejos de mí tan temeraria idea. Reconozco que todos los hombres son mortales, que Sócrates es hombre, y que por lo tanto Sócrates es mortal. Jamás me aplico el silogismo a mí mismo, claro, pero eso no implica que no sea correcto. Lo que quiero decir es que la lógica funciona para la lógica, igual que las matemáticas funcionan para las matemáticas, y el ajedrez para el ajedrez. Ninguna de esas tres rigurosas construcciones sirve -como afirman algunos- para dar claridad al pensamiento, y menos para normar la vida o resolver situaciones pertenecientes a la existencia diaria. Don Darii Ferio, profesor de Lógica, suele arrancarse un pelo del bigote antes de subir a la báscula. "Para pesar menos", explica. Tiene razón, pero no es razonable. Hay una actividad humana que parece tener sus propias reglas y sus razones propias. Es la política, cuya supuesta autonomía -supuesta, dije- fue afirmada por ese hombre tan maquiavélico llamado Maquiavelo. Según sus decires, en la política no tienen aplicación las normas éticas ni las leyes de la razón. La reciente elección de alcalde de Tijuana, por ejemplo, es muestra de lo ilógico de la política, y de la poca vigencia que en ella tienen las consideraciones de moral. Tal falta de lógica y de axiología explica también la precandidatura de Roberto Madrazo Pintado, por ahora el principal aspirante priista a eso que a pesar de Fox se llama todavía la máxima magistratura. Tiene Madrazo la mala imagen del priismo del pasado, no se le puede proponer como arquetipo de honestidad política, y sin embargo es hoy por hoy el más probable candidato del PRI a la Presidencia. Sería necesaria la intervención de Carlos Salinas de Gortari, mentor y consejero principal del líder priista, para convencerlo de renunciar a sus aspiraciones en aras de un candidato mejor y más viable. Eso sería lo lógico. Pero en esto de la política la lógica no sirve. Lo acabo de demostrar lógicamente... FIN.
